lLa ecuación parecía imposible. Opositores y analistas predijeron una parálisis política o, por el contrario, una deriva autoritaria inmediata. El ultraliberal Javier Milei llegó al poder en Argentina en diciembre de 2023 sin ninguna garantía de poder gobernar. A la coalición presidencial sólo pertenecen 38 diputados de 257 -el tercer grupo de la Cámara Baja- y sólo 7 senadores de 72. La gran debilidad del grupo presidencial en el Parlamento es la manifestación de la deslumbrante carrera de Javier Milei, un outsider . No tiene relevo ni entre los gobernadores provinciales (24 en este país federal), ni entre los municipios.
Sin embargo, Javier Milei logra aplicar las líneas maestras de su programa, en apoyándose en mecanismos institucionales. Así, tan pronto como llegó al poder, anunció una “megadecreto” elección presidencial destinada a desregular la economía. Si fue rechazado por el Senado tres meses después -lo que permite la ley- y es objeto de diversos recursos de inconstitucionalidad, sigue vigente al no haber sido discutido en la Cámara Baja.
Sobre todo, contra todas las expectativas, el ejecutivo consiguió en junio que el Parlamento aprobara una ley que permite al presidente gobernar durante un año sin pasar por el Congreso en materia administrativa, económica y energética. En septiembre y octubre, Javier Milei se embolsó otras dos victorias legislativas: la validación de sus vetos para ponerse al día con las pensiones y el presupuesto universitario.
Leer también | Artículo reservado para nuestros suscriptores. “Hay una sangría de investigadores y docentes”: en Argentina, las universidades se movilizan contra el plan de austeridad del presidente Milei
Leer más tarde
Para ello cuenta con un gran aliado de circunstancia: la coalición política PRO (Propuesta republicana), del expresidente Mauricio Macri (derecha, en el poder de 2015 a 2019). Una parte del centro y del centro derecha también vota a favor de las reformas ultraliberales. Funcionarios electos que Javier Milei había tratado como“inútil” y“estafadores” durante la campaña presidencial.
Para ellos, Milei representa la oportunidad de administrar una terapia de shock, una ortodoxia financiera a la que adhieren ideológicamente, sin ensuciarse realmente las manos. Personajes secundarios, no dan su apoyo inmediatamente, dejándose convencer a veces en el último momento, cuidando de dejar el protagonismo a los libertarios. Estos últimos asumirán así la impopularidad del brebaje amargo administrado a la población.
Negociaciones hábiles
Los aliados parlamentarios de Javier Milei son a veces mucho más sorprendentes: peronistas (un movimiento variopinto, de izquierda a centro, que actualmente sufre de falta de liderazgo), pero enemigos jurados del presidente. Diputados que puedan obedecer las instrucciones de voto de un gobernador peronista, como en el caso de Tucumán (norte). “Las provincias, especialmente las del norte, dependen enormemente de los fondos que les pagan las autoridades centrales. Se trata de una votación ligada a la promesa de medios futuros”analiza Lucas Romero, politólogo y director de la consultora Synopsis. Provincias que también pueden verse seducidas por las posibles consecuencias económicas de las políticas desreguladoras de Javier Milei.
Te queda el 46,39% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.