“Cuando me dicen que el déficit en 2024 será del 6,1%, es elección del gobierno actual”, dijo. “Si todas las medidas que habíamos preparado (…) hubieran sido implementadas sin demora por el nuevo gobierno, junto con las medidas de ingresos por rentas energéticas y recompras de acciones con efecto retroactivo, habrían permitido contener el déficit para 2024. al 5,5% sin aumentos de impuestos”.
Se espera que el déficit público alcance el 6,1% del PIB este año, una cifra muy alejada del 4,4% previsto para el otoño de 2023 y del 5,1% previsto para la primavera tras la reevaluación del anterior ejecutivo. Sólo caería por debajo del 3% del PIB autorizado por la UE en 2029, lo que convertiría a Francia en un mal estudiante europeo.
La razón, según el ex ministro que se fue a enseñar a Lausana (Suiza), es el apoyo masivo desplegado durante las sucesivas crisis, y este año los ingresos por deducciones obligatorias son 41,5 mil millones de euros inferiores a lo previsto.
“Arbitraje” presidencial
“No hubo culpa, ni ocultamiento, ni deseo de engañar. Se ha producido fundamentalmente un error técnico grave en la evaluación de los ingresos, sobre el que el ministro no comenta, subrayó: existe una “impermeabilidad total” para evitar un riesgo de “manipulación”.
El presidente del Comité de Finanzas, Claude Raynal (PS), estimó que el Gobierno había recibido desde muy temprano notas internas que predecían un deslizamiento más pronunciado de lo esperado y que tardó en tenerlas en cuenta.
Bruno Le Maire impugnó. Ante el repentino deterioro del entorno económico a principios de 2024, que provocó una reducción de la previsión de crecimiento del 1,4% al 1,1%, Bercy reaccionó “rápidamente, con seriedad y plenamente consciente de la gravedad de la situación”, cancelando 10 mil millones de euros en créditos a partir de febrero. Durante el verano se congelaron 16.500 millones de euros en créditos.
Pero el ex Ministro lamentó no haber podido convencer en primavera de la necesidad de un proyecto de ley de finanzas modificado por 15 mil millones de euros. Si el ministro de Finanzas propone ahorros, “el arbitraje” corresponde al presidente Emmanuel Macron, subrayó, aunque se mostró “solidario” con las decisiones tomadas.
Luego, tras la disolución de la Asamblea Nacional en junio y a pesar de una deriva agravada según Bercy por el gasto de las autoridades locales, “ya no teníamos ni la legitimidad institucional ni las palancas administrativas para tomar medidas fuertes”.
“Autosatisfacción”
“Observo esta especie de fuegos artificiales de autosatisfacción colectiva y unitaria sobre vuestra acción, que se paga (…) al alto precio (…) de una deuda colosal y abismal”, abordó el relator general del presupuesto, Jean-François Husson. (LR). La deuda ronda los 3.230 millones (112% del PIB), incrementada en mil millones desde 2017.
El descenso del déficit, después del ya observado en 2023 en el 5,5% del PIB frente al 4,9% previsto, ha planteado dudas sobre la fiabilidad de las previsiones de la anterior mayoría macronista.
El ex Ministro de Cuentas Públicas Thomas Cazenave, oído ante la comisión, declaró que tres cuartas partes del empeoramiento del déficit de alrededor de 50 mil millones de euros este año se deben a un problema en la previsión de ingresos; y el resto, del “muy rápido aumento” del gasto comunitario, mientras el del Estado va cayendo.
Además de una menor inflación, una masa salarial menos dinámica y un crecimiento impulsado más por el comercio exterior, “¿es este el efecto de las salidas de la crisis que, en cierto modo, ponen a prueba modelos que fueron muy estables en el tiempo?”, se pregunta.
Para el actual Ministro de Economía, Antoine Armand, más que “la búsqueda de responsabilidades individuales”, la mala salud de las finanzas exige una “capacidad, colectivamente, de desafiarnos a gastar menos”.
El Senado escuchará al ex primer ministro Gabriel Attal el viernes y a su predecesora Elisabeth Borne el 15 de noviembre, antes del próximo examen del proyecto de presupuesto para 2025 y del esfuerzo presupuestario de “60 mil millones” que prevé.