La fiscalía alemana anunció el martes el arresto de ocho presuntos miembros de un grupo paramilitar neonazi. Residió en el este de Alemania, desde donde fomentó acciones violentas dirigidas contra las instituciones alemanas.
Los sospechosos son presuntos miembros de una organización fundada en 2020 con el nombre de “Separatistas sajones” con una ideología “racista, antisemita” y “unidos por un profundo rechazo al orden liberal y democrático”, según un comunicado de prensa del fiscalía.
Esta organización, que cuenta con entre 15 y 20 miembros, supone que Alemania “está al borde del colapso” y “que un día (…) el Estado y la sociedad caerán en el caos”.
En preparación para este día, los miembros del pequeño grupo recibieron entrenamiento paramilitar con equipo de combate. En particular, practicaron el manejo de armas de fuego, marchas nocturnas o marchas forzadas, así como patrullas.
Además, el grupo había obtenido equipamiento militar como trajes de camuflaje, cascos de combate, máscaras antigás y chalecos antibalas, precisa la fiscalía.
Según se informa, la célula consideró “conquistar por la fuerza” territorios en el este de Alemania, “para establecer un sistema estatal y social inspirado en el nacionalsocialismo”. También planeaba eliminar “a las personas consideradas indeseables, si fuera necesario mediante una limpieza étnica”, según la fiscalía especializada en casos de terrorismo.
El desmantelamiento de este grupo extremista movilizó a 450 agentes del orden durante una operación en el este de Alemania, en particular en Leipzig y Dresde.
El principal sospechoso, identificado como Jörg S., fue detenido en Polonia, en Zgorzelec, no lejos de la frontera con Alemania.
También se llevaron a cabo búsquedas en Austria, en las ciudades de Viena y Krems. Los sospechosos deberán ser presentados el martes y miércoles ante un juez que decidirá si los somete o no a prisión preventiva.
Mientras que el partido alemán de extrema derecha, AfD, sigue avanzando en las últimas elecciones locales, con puntuaciones récord en las regiones orientales del país. Alemania ya ha desmantelado varias células de extrema derecha en los últimos años. Uno de los más importantes, encabezado por un aristócrata, está siendo juzgado desde hace varios meses por haber preparado un golpe de Estado.