La semana pasada, Howard Lutnick, copresidente del equipo de transición de Donald Trump, concedió una entrevista a CNN en la que respaldó el escepticismo de Robert Kennedy Jr. sobre las vacunas. Kennedy ha sido acusado en el pasado de difundir falsedades al vincular las vacunas con el autismo. Más del 90% de los niños nacidos en Estados Unidos están vacunados contra la polio, el sarampión, las paperas y la rubéola, lo que los protege contra enfermedades infecciosas graves.
Kennedy, por su parte, recuperó la idea de poner fin a la fluoración del agua si Trump es elegido y le confía, como él desea, la responsabilidad de las políticas de salud pública estadounidenses. No menos de 12 administraciones estadounidenses –incluida la de Trump– han seguido las recomendaciones de agregar fluoruro al agua, uno de los mayores logros de salud pública del siglo XX. Preguntado al respecto por NBC News, Trump no rechazó la propuesta de su aliado. “No he hablado con él sobre eso todavía. [Kennedy]pero me parece correcto”, afirmó.
Los expertos en salud pública no consideran que la mayoría de las ideas de Kennedy sean correctas, pero sí peligrosas, según este artículo de Correo de Washington. ¿Pero qué piensan los estrategas políticos? Qué significan los comentarios de Lutnick y Kennedy sobre las vacunas y la fluoración del agua al final de la campaña presidencial.
Según un interlocutor de Correoestos comentarios pueden estar dirigidos a votantes menos interesados en la política pero que todavía están frustrados por el papel que está desempeñando la campaña de vacunación de los funcionarios de salud pública para detener la pandemia de COVID-19.
¿Pero la idea de que Kennedy pueda poner fin a la vacunación de los niños contra la polio o el sarampión, así como a la fluoración del agua, no supone también el riesgo de perder votos para Trump? Estrategia extraña, por decir lo menos.
(Foto Getty Images)
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