Brasil, un miembro muy importante del grupo BRICS, parece estar tomando fuertes resoluciones para aumentar su producción de hidrocarburos sin consultar a sus aliados.
De hecho, Brasil, los Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiyán han confirmado su deseo de aumentar su producción de petróleo y gas en un 32%.
Una decisión en total desacuerdo con los objetivos anunciados por los firmantes (de los que formaban parte) de la resolución de la última COP, que pretendía contener el aumento de las temperaturas.
Fuerte producción de hidrocarburos, la contribución de los BRICS
De hecho, según la Agencia Internacional de Energía, la producción de combustibles fósiles debe caer un 55% de aquí a 2035 para lograr los resultados previstos.
Al ritmo que van las cosas, estos objetivos, aunque ampliamente debatidos, no deberían alcanzarse. Naturalmente, este anuncio supone un verdadero golpe y, sobre todo, demuestra la dualidad de ciertos discursos.
En Brasil, por ejemplo, el presidente Lula sigue exigiendo una lucha más encarnizada contra el calentamiento global, al tiempo que autoriza nuevas perforaciones o un aumento de la producción de las energías más contaminantes.
Naturalmente, esta información tuvo un gran impacto entre las asociaciones y activistas medioambientales, que piden una regulación justa para finalmente avanzar en la dirección correcta.
Algunos también piden a los países afectados, los BRICS, que revoquen su decisión. Según ellos, otro camino es posible, hasta el punto de crear un “anterior“lo que permitiría a las naciones comprometidas con la lucha contra el calentamiento global establecerse como líderes en la transición energética.
Por supuesto, Estados Unidos, China, Noruega e incluso Canadá y Australia, los principales contaminadores, también se ven afectados por estas peticiones y reiterados llamamientos para luchar más eficazmente contra el aumento de las temperaturas.