Los tres suizos participantes en el Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad de la Iglesia católica en Roma se declaran “contentos” con el documento final, que reconoce en particular la importancia de la integración de las mujeres. La cuestión de su acceso al ministerio diaconal, sin embargo, requiere “una reflexión más profunda”.
En un comunicado de prensa publicado el domingo por la Conferencia Episcopal Suiza (CES), Mons. Félix Gmür se mostró satisfecho de que las puertas permanezcan abiertas para el diaconado de las mujeres. “Es una señal de esperanza. Paso a paso continuaremos nuestro compromiso con paciencia y perseverancia”, subrayó.
El tema de la mujer en la Iglesia impregnó muchos debates en Roma. La Asamblea destacó que las mujeres siguen enfrentando obstáculos porque sus carismas no son plenamente reconocidos. Sin embargo, debería ser normal que las mujeres también ocupen puestos directivos.
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Una “sana descentralización de la Iglesia”
También se discutió acaloradamente una “sana descentralización de la Iglesia”, indica la CES. Las cuestiones cruciales eran en qué áreas podría existir una gestión descentralizada y quién decide sobre la elección de estas áreas. Para aclarar estas cuestiones es necesaria la participación de muchas personas.
Como se trata de una obra teológica y canónica, el Papa ha creado grupos de estudio para examinar estos complejos temas. Los participantes suizos pidieron que los resultados encuentren retroalimentación en los consejos sinodales. Pero la dificultad es que estos grupos trabajarán hasta finales de 2025, mientras que la última sesión del Sínodo Mundial finalizó el domingo.
La cuestión multicultural
También es necesaria una cierta descentralización porque los participantes en el Sínodo comprendieron que la Iglesia es universal, pero profundamente multicultural. La forma de anunciar y vivir el Evangelio varía de una cultura a otra, señala la CES.
Este último considera una señal muy fuerte que el Papa no publique una exhortación apostólica postsinodal. El documento redactado y adoptado por el Sínodo fue puesto en vigor por el Papa estando todavía en la sala del Sínodo, para poder ser entregado al pueblo de Dios. “Esto demuestra que el Papa toma en serio los frutos de los miembros del Sínodo”. La Iglesia en Suiza también tiene la intención de seguir organizando sus propias acciones sinodales.
Los intercambios en Roma, que duraron dos veces al mes, fueron intensos y respetuosos, subraya la Conferencia Episcopal. El sufrimiento del mundo y las guerras estuvieron en el centro de los debates, los testimonios y los momentos de oración.
