La Iglesia católica reconoció el sábado la falta de visibilidad de las mujeres en su gobierno y dejó sin resolver la cuestión de su ordenación, una decepción para los activistas que esperan ver cambiar las líneas de la institución bimilenaria.
Al final de un mes de debates en el Vaticano, una asamblea mundial de laicos y religiosos reunidos bajo la autoridad del Papa Francisco anunció que dejaría “abierta” la cuestión de la ordenación de mujeres como diáconos, función que precede a la de sacerdote, creyendo que el estudio “debe continuar”.
Si “mujeres y hombres tienen la misma dignidad como miembros del pueblo de Dios”, “las mujeres siguen encontrando obstáculos para obtener un mayor reconocimiento” de su papel, se lee en este documento final de 51 páginas, aprobado por el Papa.
A lo largo del mes de octubre, 368 personas -religiosos, obispos y laicos entre ellos mujeres- procedentes de un centenar de países debatieron a puerta cerrada durante la Asamblea General del Sínodo sobre el futuro de la Iglesia, uno de los principales proyectos del Papa argentino .
“No hay motivo ni obstáculo que pueda impedir que las mujeres ejerzan roles de liderazgo en la Iglesia”, reconoce el documento aprobado el sábado, sin especificar cuáles podrían ser esos roles.
Desde la primera etapa de esta Asamblea, en octubre de 2023, la cuestión del lugar de las mujeres había suscitado muchas esperanzas de ver evolucionar la Iglesia católica, que a diferencia de otras religiones, sólo permite que los hombres sean ordenados sacerdotes o diáconos.
Las asociaciones, activas especialmente en Europa y América del Norte, deploran la marginación de las mujeres por un sistema considerado patriarcal, a pesar de su papel central en las parroquias de todo el mundo.
Pero la cuestión ha suscitado fuertes reticencias, especialmente entre una franja conservadora de la Iglesia y en algunas regiones, empujando al Papa a confiar los temas más delicados a diez grupos de trabajo que entregarán sus conclusiones en junio de 2025.
– Decisión “inmadura” –
Entre los 155 párrafos del documento, aprobado por una mayoría de dos tercios, el dedicado a las mujeres es también el que ha encontrado más objeciones, con 97 votos en contra y 258 a favor.
“La decisión sobre el diaconado no está madura”, advirtió el jueves el propio cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, hombre fuerte en la doctrina de la Santa Sede.
Sobre otros temas, el documento destaca una reorganización de la formación de los sacerdotes, una mayor participación de los laicos incluso en la selección de los obispos y una mayor independencia de las conferencias episcopales.
Desde su elección en 2013, el líder de unos 1.400 millones de católicos ha trabajado para descentralizar el gobierno de la Iglesia, que quiere que sea menos vertical, pero enfrenta una feroz oposición.
También se hace hincapié en la necesidad de intensificar la lucha contra la violencia sexual por parte del clero, mediante una mayor prevención.
Sin embargo, no se menciona la acogida de los fieles LGBT+, otro tema inicialmente anticipado antes de ser evacuado de los debates: el texto se limita a reconocer que algunos católicos “siguen sintiendo el dolor de sentirse excluidos o juzgados” por su sexualidad.
El Sínodo es un órgano consultivo que entrega sus conclusiones al Papa, quien tiene la última palabra sobre posibles reformas doctrinales. Pero, como ocurre raramente, este último anunció el sábado que adoptaba directamente las propuestas de la asamblea, dándoles valor oficial.
“No tengo intención de publicar una ‘exhortación apostólica’, basta con lo que hemos aprobado. En el documento hay ya indicaciones muy concretas que pueden servir de guía para la misión de las Iglesias, en los diferentes continentes, en diferentes contextos ”, declaró Francisco al concluir la asamblea el sábado por la noche.
Fruto de una consulta a católicos de todo el mundo desde 2021, esta XVI Asamblea General del Sínodo se caracterizó por un funcionamiento más horizontal, con la primera participación de laicos y una cincuentena de mujeres, una revolución para esta institución creada por Pablo VI. en 1965.
El Sínodo concluirá el domingo por la mañana con una misa presidida por Francisco en la Basílica de San Pedro en Roma.