Por Fabien Palem
Publicado
ayer a las 18.40,
Actualizado ayer a las 18.40
INFORME – Afectados por el ajuste presupuestal del presidente Milei, las facultades del país advierten que no podrán terminar el año.
Buenos Aires
El reloj marca mediodía y, sin embargo, la oscuridad es casi total en los pasillos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Detrás de los gruesos y fríos muros del imponente edificio, ubicado en el barrio de Recoleta, en el mismo centro de la capital argentina, estudiantes y profesores parecen haberse acostumbrado a esta improbable situación. Como resultado del ajuste impuesto por el presidente Javier Milei, la universidad pública declaró emergencia presupuestaria el 10 de abril.
En el vestíbulo de la Facultad de Medicina dos de los tres ascensores estaban fuera de servicio. El tercero está reservado para personas con movilidad reducida. En las puertas automáticas, un puñado de carteles enumeran las medidas adoptadas por la dirección para afrontar esta crisis. Sin gas, sin calefacción, restricciones extremas en el uso de la luz…
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