DDecenas de aviones de guerra israelíes realizaron este sábado intensos bombardeos contra el sur del Líbano, bastión de Hezbolá, un día después de un ataque israelí que decapitó a la unidad de élite del movimiento libanés y dejó un total de 37 muertos.
Esta escalada, que hace temer una guerra a gran escala, ha llevado al primer ministro libanés, Najib Mikati, a cancelar su viaje a la ONU en Nueva York, pidiendo “el fin de las terribles masacres israelíes”.
Hezbolá, poderoso actor político y militar en Líbano, abrió un frente con el vecino Israel en “apoyo” a Hamás, su aliado, al día siguiente del inicio de la guerra en Gaza desencadenada por un ataque del movimiento islamista palestino el 7 de octubre de 2023.
Esta guerra no cesa y la Defensa Civil anunció el sábado la muerte de 21 personas en un bombardeo israelí a una escuela que albergaba a miles de desplazados.
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Hamás y Hezbolá, los dos enemigos de Israel
Israel ha prometido destruir a Hamás en Gaza y en las últimas semanas ha intensificado los ataques y amenazas contra Hezbolá, cuyos ataques con cohetes al norte de Israel, incluso si la gran mayoría son interceptados, han obligado a decenas de miles de residentes a huir.
El ejército israelí, que mantiene la presión militar, anunció por la tarde que había “lanzado un ataque a gran escala en el sur del Líbano tras identificar preparativos de Hezbolá para disparar” contra Israel. “Decenas de aviones” participan en la operación, añadió.
Anteriormente, anunció que había apuntado en la misma zona a “miles de plataformas de lanzamiento” de cohetes “listos para ser utilizados” para disparar contra Israel.
El movimiento libanés afirmó haber disparado decenas de cohetes contra posiciones militares en el norte de Israel. “Alrededor de 90”, según Israel. La caída de los cohetes provocó incendios y daños.
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Buscapersonas y walkie-talkies “bombardeados”
Esta semana, Hezbolá, un movimiento financiado y armado por Irán, el enemigo jurado de Israel, ha sido blanco de ataques espectaculares.
El martes y el miércoles, en los suburbios del sur de Beirut y en el sur y el este del Líbano, bastiones del Hezbolá, estallaron aparatos de transmisión (buscapersonas, walkie-talkies) utilizados por miembros del Hezbolá. El saldo: 39 muertos y 2.931 heridos, según las autoridades libanesas.
Hezbolá y las autoridades libanesas culparon a Israel, que no ha hecho comentarios.
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El uso de dispositivos “trampa” que parecen objetos “inofensivos” podría constituir un “crimen de guerra”, denunció el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.
El viernes, Israel se atribuyó la responsabilidad de un ataque en los suburbios del sur de Beirut que dejó al menos 37 muertos, comandantes de Hezbolá y civiles, entre ellos mujeres y tres niños, según las autoridades libanesas.
El impacto dejó un enorme cráter y destruyó un edificio en una zona densamente poblada.
Según una fuente cercana a Hezbolá, el ataque tuvo como objetivo una reunión del mando de la unidad Radwan, la fuerza de élite del movimiento, en el sótano de un edificio, y mató a 16 miembros, entre ellos Ibrahim Aqil, jefe de la unidad, y Ahmed Mahmoud Wahbi, que estaba a cargo de las operaciones militares hasta principios de este año.
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