Mathieu Warnier, Media365: publicado el miércoles 18 de diciembre de 2024 a las 23:50 h.
Descubra nuestros éxitos y fracasos tras la victoria del Paris Saint-Germain contra el Mónaco (2-4) este miércoles en el césped del Stade Louis-II durante un partido adelantado de la 16ª jornada de la Liga 1.
las cimas
Doué confirma su buen estado de forma
Definitivamente Désiré Doué ha encontrado el combustible adecuado en el PSG. Discreto desde su llegada este verano, el exjugador del Rennes volvió a demostrar todas sus cualidades durante este partido en Mónaco. Alineado en primera línea, lanzó a su equipo abriendo el marcador poco antes de la media hora y supo pesar sobre la defensa monegasca, sobre todo en el primer tiempo. Si tras el descanso estuvo un poco menos visible, como buena parte de su equipo, habrá respondido antes de dejar paso a Gonçalo Ramos para los últimos minutos.
Akliouche aceleró el juego monegasco
Extinguido en un primer periodo cercano a la pesadilla del Mónaco, Maghnes Akliouche aprovechó al máximo el ascenso de poder de su equipo. Muy animado, supo desestabilizar la retaguardia parisina. Esto se tradujo en un penalti conseguido muy rápidamente tras regresar del vestuario y en una asistencia para Breel Embolo, que supo dar al club del Principado una ventaja que no había demostrado ser suficiente para evitar una derrota en casa del ASM ante el PSG.
Dembélé en buenos tiros
Aunque no pudo expresarse plenamente al inicio del partido contra Vanderson, Ousmane Dembélé supo aprovechar la pérdida de ritmo del defensa monegasco a medida que avanzaba el partido. Si bien no siempre estuvo contento con su manejo del balón, supo acertar en cada ocasión, marcando así dos goles muy valiosos para el PSG en un partido a veces nada sencillo.
los fracasos
Singo demasiado comprometido
Algunos dirán que Wilfried Singo no debió terminar el partido sobre el terreno de juego. Sancionado muy pronto en este encuentro, el defensa internacional marfileño no contó sus esfuerzos pero sobre todo brilló por un exceso de compromiso en los duelos. Si su gesto hacia Gianluigi Donnarumma sigue siendo torpe, podría haberle costado más a su equipo sin cierta indulgencia por parte del árbitro. Autor de cinco faltas y en dificultades en los duelos, no habrá sido una ventaja para la ASM.
Marquinhos, desconcentración culpable
Habitualmente tan sólido cuando se le asocia con Willian Pacho, Marquinhos vivió un hueco que lo cambió todo en este encuentro. En una acción iniciada tras una reanudación que falló por completo, el capitán parisino fue superado por Maghnes Akliouche y no pudo evitar tocar el balón con la mano para conceder el penalti que revivió al Mónaco. Además de compensar las incesantes subidas de Achraf Hakimi, el brasileño no siempre estuvo en el lugar correcto, como en la portería de Breel Embolo. Una actuación mucho menos lograda del capitán del PSG, que no incidió en el marcador.
Kehrer no es lo suficientemente rudo
Contra su ex equipo, Thilo Kehrer no estuvo exento de todos los reproches durante este encuentro. El capitán monegasco no logró tener la influencia necesaria para calmar las ofensivas parisinas en la primera parte y no siempre estuvo en el lugar adecuado tras el descanso. Como muchos de sus compañeros, se mostró demasiado pasivo en el córner que propició el tercer gol parisino. Un encuentro alejado de las expectativas para el alemán, que esperaba con ansias este reencuentro con el PSG.
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