El invierno se acerca. Si el invierno meteorológico llegó el 1 de diciembre, el invierno calendario comenzará este sábado 21 de diciembre, día del solsticio de invierno. Este fenómeno corresponde al día más corto del año y por tanto a la noche más larga del año.
Si este corto día puede parecer deprimente para algunos, pueden consolarse teniendo en cuenta que a partir de esta fecha, los días serán cada día más largos hasta el próximo solsticio de verano, es decir, el 21 de junio de 2024.
Por otro lado, los más observadores habrán notado que el sol se va poniendo cada vez más tarde desde el 11 de diciembre, pero los días aún siguen acortándose. De hecho, el sol también seguirá saliendo más tarde cada día hasta el 31 de diciembre y, por lo tanto, sólo el 21 de diciembre los días serán cada vez más largos.
Aunque marca el cambio de estación en nuestro calendario y el día más corto, el solsticio de invierno es en realidad un fenómeno astronómico mucho más complejo que eso. Ocurre cuando, a medida que gira, el eje de la Tierra orienta el Polo Norte en su punto más alejado del sol, todo lo contrario del solsticio de verano.
Según el Instituto de Mecánica Celeste y Cálculo de Efemérides del Observatorio de París (IMCCE), “el solsticio de invierno corresponde al momento en que la longitud geocéntrica aparente del Sol es igual a 270°”.
Este fenómeno se explica por “la inclinación del eje terrestre, que permanece orientado en la misma dirección durante todo el año, mientras la Tierra orbita alrededor del Sol”, especifica el Weather Channel. Cada año, durante su trayectoria alrededor del Sol, la Tierra ocupa cuatro posiciones que marcan el inicio de las estaciones: los equinoccios, para primavera y otoño, y los solsticios, para verano e invierno.
Cada año, el solsticio de invierno no ocurre en la misma fecha sino que tiene lugar el 21 o 22 de diciembre. La fecha cambia porque nuestro año calendario dura 365 días tres de cada cuatro años, mientras que la duración de la rotación de la Tierra alrededor del Sol es de 365 días, 5 horas y 48 minutos. Por eso tenemos un año de 366 días cada cuatro años, un año bisiesto, para compensar los días que faltan en nuestro calendario respecto al número real de días.
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