La gran actriz Sarah Bernhardt sólo tuvo un amor verdadero: Lucien Guitry. Guillaume Nicloux hace una película brillante con un papel impresionante para Sandrine Kiberlain.
Auténtico monstruo sagrado del teatro, la primera estrella mundial francesa, Sarah Bernhardt, también fue apodada “La Divina”. Este último término es el que eligió Guillaume Nicloux para el título de su película. Pero en estos tiempos en los que los biopics son cada vez más numerosos, ha optado por no contar toda la carrera de la actriz (interpretada por Sandrine Kiberlain) sino la gran historia de amor de su vida.
Mujer amante de la libertad, era de esas de mente abierta que vivían el día a día sin faltar nunca de placer. Ha tenido decenas, cientos de amantes. Algunos muy famosos como Edmond Rostand. Sin embargo, la película explica que ella sólo amaba a uno y sólo a uno: Lucien Guitry (Laurent Lafitte). Como ella, es una gloria del teatro francés de finales del siglo XIX. Tocaron juntos La dama de las camelias. Sandrine Kiberlain, al principio de la película, reproduce la escena final con Laurent Lafitte que le toma la mano.
Amantes dentro y fuera del escenario, estos dos superdotados se descubrirán, se perderán y luego se reencontrarán. Un romance en el centro de la película de Guillaume Nicloux, contado por Sarah Bernhardt, debilitada tras su amputación, con Sacha, hijo de Lucien y futuro gran autor de teatro y cine. Varios flashbacks del peor día vivido por la actriz, aquel en el que el amante rompe oficialmente con su amante porque quiere casarse con una joven actriz.
Antes, descubrimos su relación libre y asumida, en este París que se está volviendo libertino y en una verdadera capital cultural mundial. Sarah Bernhardt sublima sus papeles. Algunos escritos para ella. Otros de grandes clásicos, desde Racine hasta Shakespeare. Algunos de ellos eran hombres, prueba de que la gran dama del teatro rápidamente encontró un poco estrechos los personajes femeninos propuestos.
Feminista adelantada a su tiempo, aparece con la pintora Louise Abbéma (Amira Casar), colecciona animales (desde boas hasta linces y aves rapaces), y también nos enteramos de que lucha contra el antisemitismo y empuja a Émile Zola a tomar una posición en El asunto Dreyfus.
Sarah Bernhardt, una persona compleja, torturada por una infancia infeliz, siempre en movimiento, exuberante y en constante búsqueda de la luz, dejó su huella en su época. La película de Guillaume Nicloux la resucita como una gran amante, capaz de lo peor y de lo mejor para mantener los favores de su amante.
Película biográfica de Guillaume Nicloux con Sandrine Kiberlain, Laurent Lafitte, Amira Casar, Pauline Étienne, Laurent Stocker.
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