Es un concierto sin público, pero con sabor revolucionario. La cantante iraní Parastoo Ahmadi actuó el miércoles por la noche con músicos en un vídeo transmitido en directo en su canal de YouTube. Su concierto improvisado se celebró en un caravasar, fuera de la vista, en un lugar secreto de Irán. En esta secuencia cuidadosamente filmada, la artista de 27 años camina frente a la cámara con un vestido de noche, un maquillaje cuidadoso y el cabello suelto sobre los hombros desnudos. Un mapa de Irán enmarca su cuello.
“Es un derecho al que no puedo renunciar: cantar por esta tierra que amo apasionadamente, aquí, en este lugar simbólico de nuestro querido Irán, donde se cruzan nuestra historia y nuestras leyendas”, escribió antes de partir, en el compañía de sus cuatro músicos. Durante casi treinta minutos, la cantante interpreta canciones en persa, composiciones propias.
En la tenue luz del patio, también hace resonar su voz recitando la canción del movimiento “Mujer, vida, libertad”, Az Khoone Javanane Vatan (“De la sangre de la juventud de la nación”). Su facilidad se refleja en la pantalla. Sin embargo, Parastoo Ahmadi sabe los riesgos que corre.
“La artista desafía dos prohibiciones: no lleva el hiyab y canta en público”, explica Dorna Javan, doctora en ciencias políticas y especialista en Irán. “En el país a las mujeres no se les permite cantar en público. La televisión iraní nunca transmitiría esto. Las mujeres iraníes pueden cantar en un coro mixto, en un concierto privado, pero no en público y menos aún solas. A través de esta actuación, Parastoo Ahmadi afirma con valentía su derecho a la libertad como mujer pero también como cantante”, continúa el investigador.
Un artista que ya está en la mira del régimen
Poco después de la retransmisión del concierto, la justicia iraní anunció que abría “un procedimiento contra el artista y la producción”. El sábado, la cantante y dos de sus músicos fueron detenidos, antes de ser liberados unas horas más tarde. Un incidente que no excluye una posible nueva detención en los próximos días. Mientras tanto, se eliminaron todas las publicaciones en la página de Instagram del artista.
Originario de Nowshahr, en el norte del país, Parastoo Ahmadi solía publicar sus composiciones en las redes sociales. Las autoridades ya vigilaban su actividad mucho antes de su concierto. El año pasado, la artista, conocida por sus paseos, publicó un vídeo en el que aparece tarareando la canción revolucionaria del movimiento “Mujer vive y libertad”. “En septiembre de 2023 se inició un proceso judicial en su contra. El servicio de inteligencia iraní se presentó en su casa, la intimidó y confiscó su ordenador”, recuerda Dorna Javan. Bajo presión de las autoridades, rápidamente tuvo que borrar su vídeo.
Hoy, su concierto, con más de 1,8 millones de visitas, parece ser una nueva afrenta al régimen. Su actuación y su acto de valentía fueron elogiados calurosamente, incluso por artistas iraníes, algunos de los cuales se encuentran en el exilio. Este rostro que desafía a las autoridades iraníes recuerda al de Mahsa Amini, esta joven iraní de 22 años que murió a causa de un velo que no le quedaba bien, en septiembre de 2022. Desde entonces, la legislación que obliga a las mujeres a cubrirse el cabello en Irán no ha cambiado. No ha cambiado. Incluso podría volverse más difícil en las próximas semanas.
A principios de diciembre, el Parlamento iraní adoptó una ley que aumenta las multas y penas contra las mujeres iraníes sin velo. Finalmente se suspendió su promulgación. ¿La razón? El presidente Massoud Pezeshkian explicó que no quería que surgieran nuevas tensiones en la sociedad iraní, ya sumida en una grave crisis económica. “El régimen sabe que tiene todo el interés en reducir al máximo el riesgo de que un movimiento de ira cobre impulso”, observa Dorna Javan. Porque la realidad está ahí, las autoridades parecen incapaces de contener todos estos actos de valentía que ya no se limitan a Teherán, sino que llegan a todos los ámbitos, tanto al campo como a las grandes ciudades”.
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