El presidente de Corea del Sur impuso temporalmente la ley marcial el 3 de diciembre. Ahora ha sido destituido tras la votación del Parlamento.
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, llamó este sábado 14 de diciembre a poner fin a “la política de confrontación”, tras su destitución. Tras afirmar estar “profundamente frustrado”, confirma que acepta la decisión del Parlamento y que renuncia al poder.
El Parlamento surcoreano adoptó este sábado una moción de impeachment contra el presidente, por su fallido intento de imponer la ley marcial el 3 de diciembre, con 204 votos a favor y 85 en contra.
Por su parte, el primer ministro surcoreano, Han Duck-soo, que actuará como ministro interino, prometió “garantizar una gobernanza estable” del país, aunque afirmó tener “el corazón apesadumbrado”. La suspensión del presidente debe ahora ser validada por el Tribunal Constitucional en un plazo de 180 días.
Una decisión rara
Yoon Suk Yeol, de 63 años, es el tercer presidente en la historia de Corea del Sur sometido a un impeachment por el Parlamento, después de Park Geun-hye en 2017 y Roh Moo-hyun en 2004. Este último, sin embargo, vio su impeachment invalidado por el Tribunal Constitucional. dos meses después de su adopción por los diputados.
“El impeachment de hoy es la gran victoria del pueblo y de la democracia”, afirmó este sábado Park Chan-dae, líder del grupo Partido Demócrata (principal fuerza de oposición) en el Parlamento.
El 7 de diciembre, una primera moción de impeachment fracasó, ya que la mayoría de los diputados del Partido del Poder Popular (PPP) de Yoon Suk Yeol abandonaron la cámara para impedir que se alcanzara el quórum.
Se negó a dimitir
Yoon Suk Yeol sorprendió a Corea del Sur la noche del 3 al 4 de diciembre al establecer la ley marcial, la primera en más de cuatro décadas en el país, y al enviar fuerzas especiales del ejército al Parlamento para intentar impedir que los diputados se reunieran. Finalmente, levantó la ley marcial apenas seis horas después.
Desde entonces, Yoon Suk Yeol presentó sus “sinceras disculpas” el sábado 7 de diciembre por imponer brevemente la ley marcial. Sin embargo, se negó a dimitir.
Ahora expulsado del poder, objeto de una investigación penal por “rebelión”, se le prohíbe salir del país y ve cómo la red judicial se estrecha sobre él y sus más cercanos colaboradores.
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