Cada 10 de diciembre, con motivo del aniversario de la muerte de Alfred Nobel, la familia real sueca se reúne para entregar los premios que llevan el nombre del inventor de la dinamita a los mejores físicos, químicos, escritores y médicos. Una entrega de premios que continúa con un primer gran banquete organizado en el ayuntamiento de Estocolmo y que precede a la cena del rey, que tendrá lugar al día siguiente en palacio.
Este 11 de diciembre, la Reina Silvia y Carlos XVI Gustavo recibieron en su castillo a los más grandes investigadores del mundo, así como a diputados, el gobierno sueco, el cuerpo diplomático y miembros de la Fundación Nobel. En la galería Karl XI se celebró una recepción que comenzó en el comedor Lovisa Ulrika antes de la cena.
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Para recibir a sus invitados, los Reyes de Suecia contaron con la presencia de sus tres hijos, todos ellos acompañados de sus respectivos cónyuges. Si, como futuros soberanos, la princesa Victoria y el príncipe Daniel son asiduos al evento, la princesa Madeleine y su marido Chris O’Neill, en cambio, regresaron este año, cuya presencia se volvió muy aleatoria debido a sus múltiples mudanzas al extranjero. . Por último, esta noche podría marcar la última aparición pública de la Princesa Sofía, esposa del Príncipe Carlos Felipe, en muchos meses. De hecho, la pareja se está preparando para recibir a su cuarto hijo en febrero.
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El reciclaje, el rey de la noche.
Como en toda cena de gala, la Reina y las princesas tuvieron que brillar, sacando a relucir las joyas de la Corona y vestidos de grandes diseñadores. Un código de vestimenta que, sin embargo, no excluye la responsabilidad, ya que las mujeres de la familia real han hecho correr la voz visiblemente para colocar la velada bajo el signo del reciclaje.
La reina Silvia fue la primera en marcar la pauta al aparecer con un vestido largo azul marino de Camilla Thulin, ya usado cinco veces entre 2017 y 2023. Detrás de ella, su hija mayor, Victoria, siguió el ejemplo con un vestido de tul azul oscuro que vimos. por tercera vez y que proviene de la colección “Conscious” de la marca prêt-à-porter H&M. Finalmente, al igual que su madre y su hermana, la princesa Madeleine había optado por un outfit ya visto antes, ya que se trataba de un vestido largo de Alberta Ferretti que ya lució en 2015, también el 11 de diciembre para la cena del rey.
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Por su parte, la princesa Sofía se distinguió por acudir no a su guardarropa, sino al de su cuñada, la princesa Victoria. Embarazada de siete meses, la esposa de Carl Philip pudo tomar prestado el antiguo vestido premamá de la futura reina, un traje largo azul adornado con lentejuelas de Pär Engsheden, que Victoria había lucido en la ceremonia del Premio Nobel en 2011, mientras estaba embarazada de su hija mayor. Princesa Estela.
La elección de las tiaras, la gran novedad de la velada
Si bien todos los outfits ya se habían visto en el pasado, la elección de las tiaras, en cambio, adquirió un carácter más singular. De hecho, la familia real sueca se beneficia de una hermosa colección de joyas para la cabeza que las princesas intercambian entre ellas, cada una con sus propios hábitos y preferencias. La reina Silvia y la princesa Victoria optaron así por la “Tiara de nueve puntas” y la tiara de laurel, dos joyas con las que las vemos habitualmente.
Las princesas Madeleine y Sofía, sin embargo, tomaron decisiones completamente nuevas: la hija menor de Carl Gustaf y Silvia lució por primera vez la “Cut Steel Tiara”, una tiara de acero tallado sin piedras preciosas, que suele llevar la princesa Victoria. La esposa de Carl Philip, por su parte, fue vista por primera vez luciendo la tiara “Aquamarine Kokoshnik”, una diadema hecha de diamantes y con cinco enormes aguamarinas.
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