El Betis decora su drama

El Betis gana, pero sigue sin parecerse al Betis. Le bastó un regalo del Petrocub para llevarse los tres puntos y tener casi atada la clasificación. Pellegrini solo quería eso. Un paso en la supervivencia. Lo que ocurra a partir de enero será otra historia. Pero la victoria en Moldavia no modificó demasiado en ese Betis que camina sin paso firme por Europa y que sufre en demasía ante rivales de escaso potencial. Bakambu salvó el duelo con un gol que quizás sí pueda despertar cierto hilo de tranquilidad a nivel continental. Es tal vez el aspirante dormido. Y ahora Pellegrini tiene un par de meses por delante para mejorar su actual puzle. En él querrá a Lo Celso y a Isco. ¿Será entonces candidato real a luchar por esta Conference League?

La primera parte expuesta por el Betis fue un reflejo de su trayecto en esta Conference League. Quiso mandar sin lograrlo. Quiso profundizar sin conseguirlo. Quería tanto que por momentos no supo cómo comenzar a atacar. Las ansias de assane diao oh Jesús Rodríguez se apagaron a los diez minutos y fue ahí cuando el Petrocub comprendió que quizás sí tenía su sitio en la historia del duelo. Pellegrini entregó las llaves a Johnny Cardosopero el estadounidense fue incapaz de elevar los ritmos ante un adversario ordenado a nivel táctico. No sufrían Natan ni Llorente, pero el Betis fue siendo cada vez más plano hasta que el descanso entregó a Pellegrini la oportunidad de variar alguna circunstancia en Moldavia. Solo una llegada de Bakambu, que anotó tras un error del meta local, propició cierto peligro, pero en este caso el árbitro interpretó que había falta el delantero congoleño.

Abde y Altimira saltaron en la reanudación y el marroquí pareció estirar más el plan de Pellegrini. Con más voluntad que fútbol, fue Bakambu el que aprovechó un grave error de la defensa del Petrocub para variar la escena. Narh no se entendió con Mudrac y bajo esa confusión recuperó el congoleño para encarar al meta Smalenea y definir con precisión. Un tanto para detener los miedos. Un tanto para que el Betis encontrara más caminos lógicos en su juego ante un rival menor. La intensidad bética se elevó con el marcador a favor: robaba arriba, encontraba más a Abde y Assane, y hasta Chimy creció. Un buen pase del argentino para Assane propició una buena acción del canterano, que entregó un regalo a Bakambu que éste no aprovechó.

El Betis había elevado su nivel, pero seguía caminando por la fina línea roja que separa la nada del todo. Tras un penalti anulado sobre Abde, ni Bakambu ni Assane lograron sentenciar la cita pese al dominio absoluto del equipo de Pellegrini, que comenzó a temblar cuando el reloj indicó que el cierre era inminente y el marcador era cosa de mínimos. El Petrocub fue con todo a por su premio y pareció conseguirlo al batir a Adrián en una jugada repleta de errores que terminó con un ajustado fuera de juego del conjunto moldavo. Hubo sufrimiento y demasiadas aristas en un cierre que preocupó a Pellegrini y que invita a cierta revolución en el futuro. El Betis escapó de Moldavia con los puntos, quizás lo único que realmente necesitaba. Pero regresa a Sevilla sin esa imagen que sigue sin recuperar.

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