¿Se estrellará el Nuevo Frente Popular (NFP) en la era post-Barnier? Mientras que el Primer Ministro se ve amenazado por una moción de censura, los cuatro grupos de izquierda difieren marcadamente sobre el curso de acción a seguir en caso de caída del Gobierno. El martes 3 de diciembre, un día después de la votación 49,3 presentada por el Primer Ministro, reinaba la cacofonía en el seno de la alianza de izquierda. En el centro de las disensiones está el acuerdo de no censura que los socialistas quieren proponer a otros grupos parlamentarios, excluido el Agrupación Nacional. Este acuerdo consistiría, para un posible gobierno de izquierdas, en renunciar al 49,3, a cambio de una ausencia de censura en el Parlamento.
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Desde el principio, la presidenta del grupo La Francia Insumisa (LFI) en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, se mostró en contra. ella ve allí “una forma de alianza de gobierno con los macronistas. Para nosotros está fuera de discusión.”dijo. El presidente del comité de finanzas, Eric Coquerel (LFI, Seine-Saint-Denis), está de acuerdo: “Imaginar cualquier acuerdo previo con la “base común” no funciona. Vimos en el Senado que el gobierno y la derecha hicieron votar de nuevo las enmiendas de la izquierda, sin siquiera mencionar el trabajo de obstrucción a la derogación de la reforma de las pensiones. »
LFI sólo considera dos soluciones para salir de la crisis: el nombramiento de Lucie Castets en el gobierno, opción en la que el movimiento ya no cree; o la dimisión de Emmanuel Macron, con la vista puesta en unas elecciones presidenciales anticipadas, que es también la preferencia de Jean-Luc Mélenchon. “Si no nombra un gobierno del NFP, debe irse. No hay que darle escapatoria con un gobierno técnico o de centroizquierda”explica Eric Coquerel, sugiriendo nuevas censuras.
Una estrategia que va en contra de la implementada por los socialistas, que han incrementado sus esfuerzos para distanciarse de sus incómodos socios. La principal preocupación del Partido Socialista (PS): demostrar que no contribuye a la desestabilización del país, mientras aumentan las críticas. “El grupo PS nunca ha dejado de hacer propuestas precisas y fundamentadas sobre el proyecto de ley de financiación de la Seguridad Social [PLFSS]recibimos un despido”justificó el diputado parisino Emmanuel Grégoire. “No somos en modo alguno partidarios del caos”intentó tranquilizar al PS electo de Finistère, Mélanie Thomin.
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