Lunes, 25 de noviembre 2024, 20:07
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El contenido ha logrado sacar todo el jugo posible a un continente que no estaba preparado para el proyecto que debía asumir.
El Museo Diocesano y de la Semana Santa abrirá este miércoles al público con una colección que refleja la esencia de la pasión y un ambiente ajustado a la sobriedad y fervor de esa semana de diez días. Sin embargo, el edificio, el Seminario Mayor de León, ha acabado por demostrar que no era el sitio ideal y que la confección que se le dio no podría ofrecer todo lo que se pretendía.
Los leoneses y visitantes entrarán por el portalón a una sala diáfana, vacía, en la que ahora se arremolinan un montón de sillas para la inauguración oficial con autoridades. Nada más. La falta columna cuyo pilar está eliminado ya da una muestra del problema.
El precioso y majestuoso patio central, cuya cúpula acristalada requirió de buena parte de los fondos de la reforma del edificio, ha resultado ser inútil para el fin de albergar arte sacro y devocional. Este espacio quedará vacío y solo se utilizará para exposiciones temporales de cartelería y albergar actos públicos y privados que lo requieran. «El patio quedará para objetos que no sufran la incidencia de la luz solar», ha matizado Luis García, presidente del patronato. No ha servido ni aliviar la temperatura -que se ha logrado- con las ojivas abiertas en la zona más alta. «Nos ha sobrevenido a todos. No se pensó en su momento y los técnicos de arte y conservación nos han dado la realidad».
Lo que no habrá en esta zona serán «comidas ni cenas», recordando los vinos españoles que ya ha acogido. «Será para eventos, no solo de Semana Santa, y encuentros de la diócesis. Sí se podrá celebrar la pausa para el café».
Otro de los elementos de los que se presumió en la inauguración de hace cuatro años fue de los ascensores montacarga que permitirían elevar los pasos hasta las salas del primer piso. Finalmente, la exposición permanente no tendrá tronos por la falta de espacio. «Son muy voluminosos e introducirlos implica quitar espacio a otras cofradías. Hay un problema de metros cuadrados si queremos meter pasos», objetaba Alejandro Grande, encargado del discurso museográfico. Tampoco ocuparán el patio central, como estaba previsto, debido a lo comentado anteriormente.
«Hay un planteamiento muy equivocado en cuanto anchuras, medidas y demás. Hemos intentado afrontar esos problemas que se ocasionaron cuando no estábamos. Han sido sobrevenidos», reconocían los codirectores del MDySS.
A ello se ha sumado una espera de cuatro años que ha «enfriado» el interés que hubo por este proyecto y ha generado «un desencanto» entre las cofradías. Un ambiente que se espera revertir con la ilusión renovada tras presentar lo logrado con unos mimbres que no ayudaban a conseguirlo.
Más allá de ese planteamiento, el museo ha logrado encajar las piezas para que el recorrido sea exquisito y permita a leoneses y visitantes conocer durante todo el año el alma de la Semana Santa de León.
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