El Museo de Semana Santa no podrá contar con algunas de las tallas fundamentales de las cofradía de León «porque se encuentran al culto», circunstancia que se conocía ya desde el primer momento en el que se contactó con las penitenciales y sacramentales de la capital. El proyecto se creó «con criterios equivocados», según el codirector del ente, Alejandro Grande, que hizo estas manifestaciones en el acto de presentación a los medios de comunicación del Museo.
Luis García Gutiérrez, presidente del patronato, estuvo acompañado en la puesta de largo de las instalaciones por Máximo Gómez Rascón, César García Álvarez, Iván González Sánchez, Ariadna González Del Valle y Alejandro Grande Martinez, en la explicación previa al acto de inauguración oficial, que tendrá lugar a nivel institucional hoy.
Los responsables del Museo confirmaron que definitivamente no se podrá hacer utilización de los ascensores que iban a llevar las tallas a la segunda planta porque no se habilitará esta función. También descartaron que se introduzcan tronos porque el sentido de la exposición no va en esa dirección y rechazaron la posibilidad de que se pongan a la venta productos de las cofradías «porque esto no es un mercadillo».
Tampoco pudieron ocultar su decepción por la diferencia entre el planteamiento inicial y el resultado final: «Nosotros nos hemos encontrado con esto y tenemos que hacer frente a lo que hay», explicaron de forma, muy gráfica. Se referían, entre otras cuestiones, al hecho de que la cúpula de cristal que adorna el espacio central de la techumbre impida que la sala principal del museo pueda ser habilitada como zona de exposiciones por el efecto pernicioso que podrían tener los rayos del sol sobre las tallas.
La dirección ha tomado la determinación de que en los sucesivos eventos no se puedan celebrar ni comidas, ni cenas en el interior de las instalaciones museísticas, como había ocurrido en los últimos tiempos, aunque no rechazaron la posibilidad de que se habilite su uso para fines ajenos a la Semana Santa y a los temas diocesanos. “Tendremos que replanteárnoslo, porque está claro que esto es un ente vivo “, explicó Luis García, como máximo responsable.
La idea central que vertebra el recorrido por las diferentes salas es el recorrido cronológico de la Pasión de Cristo, desde los acontecimientos anteriores al Domingo de Ramos, hasta la Resurrección.
Este itinerario se articula en diferentes espacios, que acogen los diferentes momentos de la Pasión de un modo diferenciado, pero unitario. Las salas «A-I» y «A-II» comprenden los días previos a la Pasión, el Domingo de Ramos, y los primeros episodios pasionales, hasta el camino de Jesús hacia el calvario con la cruz a cuestas. La siguiente sala, «B», acoge la Crucifixión. La sala «C» alberga imágenes de los acompañantes de Jesús en su Pasión, la Virgen y san Juan. La sala «D-I» concentra el traslado de su cuerpo hacia el sepulcro, y la sala «D-II» la noche del Sábado Santo y la Resurrección. A continuación, una sala especial exhibe un repertorio propio del ajuar mariano, que prueba el continuado culto hacia la Virgen en forma de joyería, textiles y otros enseres.
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