VLadimir Putin quiere hacernos creer que ha comenzado la Tercera Guerra Mundial. Afirma que, en su milésimo día, las hostilidades en Ucrania han adquirido “un carácter global” con la luz verde dada por Washington al uso de Kiev de misiles estadounidenses contra objetivos en Rusia. En represalia, ahora amenaza con atacar las instalaciones militares de los países que suministran armas y municiones a Ucrania. Los europeos se encontrarían entonces en primera línea.
Para respaldar su intimidación, el presidente ruso vuelve a plantear el espectro de un ataque nuclear. Con fanfarria, firmó un decreto que suaviza la doctrina rusa sobre el uso de armas atómicas. Y hizo que una fábrica de armas ucraniana fuera alcanzada por un misil balístico de medio alcance…
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