Debilitados durante las últimas elecciones federales, marginados en Berna por cuestiones climáticas o de biodiversidad, los Verdes suizos se vengan este domingo ante el pueblo, que apoyó su referéndum contra la ampliación de las autopistas.
En un comunicado de prensa publicado el domingo por la tarde, el partido evoca “un éxito histórico en la política de transporte (…) Gracias a nuestro compromiso de larga data con una movilidad más ecológica y eficiente, hemos logrado unir a la población a nuestra visión del futuro. de movilidad, que no implica hormigonado, sino movilidad respetuosa con el clima”.
Ciertamente, los ambientalistas ya habían ganado con la ley climática o la ley de energías renovables, pero esta victoria contra su némesis, las carreteras, es la más preciosa. Su presidenta, Lisa Mazzone, está encantada este domingo: “Nuestro trabajo en profundidad ha convencido a la población que no se dejó engañar: se movilizó contra una política de movilidad del pasado”.
Para la consejera nacional Delphine Klopfenstein Broggini: “Las ciudades y los pueblos deben estar mejor atendidos por el transporte público. El dinero del fondo de aglomeración debe destinarse ahora al desarrollo del transporte público, la movilidad activa y la renovación de las autopistas existentes, en particular para la protección contra el ruido.
En cuanto a los miles de millones ahorrados con esta decisión popular. El funcionario electo de Ginebra especifica: “El tráfico es una de las principales causas de las emisiones de CO2 y desempeña un papel directo en el calentamiento global, como el calor, la sequía y las inundaciones. Este dinero debe invertirse en la protección contra las consecuencias del calentamiento global, especialmente en las regiones montañosas.
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