Gracias al liderazgo adquirido durante los primeros Grandes Premios, pudo “arreglarse” al final de la temporada, a veces a costa de duras batallas en la pista, no siempre limpias (Estados Unidos, México). Supo cometer algunos errores raros, enfadarse con su equipo por diversos motivos, pero también supo sumar los puntos que necesitaba cuando los necesitaba, como en Spa (11º en la parrilla tras una penalización, 4º en la final) o Singapur (segundo detrás de Norris después de un viernes muy malo).
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