Otro partido sin Lamina Yamal y otro batacazo para el Barcelona. Han sido tres partidos en los que no ha jugado de titular y el saldo son dos derrotas y el empate en Vigo. Y eso que en Balaídos el equipo azulgrana tuvo encarrilado el choque. No es que hicieran un gran partido, pero bastó un buen Raphinha y la inspiración de Lewandowski en su única oportunidad para marcar. Dos zarpazos y ya está.
El Barcelona no fue esa máquina de crear ocasiones y anotar de los últimos meses. Dani Olmo en banda pierde su eficacia, pero el problema es que no hay más extremos en la plantilla. En San Sebastián tuvo que jugar Fermín. Ninguna de las dos opciones funcionó. La falta de Lamine se notó otra vez y mucho. La debacle vino con la expulsión de Casadó. Son errores que se pagan y mucho. Del jugador por ver la segunda y del banquillo por no cambiarle cuando tuvo opción. El Barcelona no supo reaccionar. Lo mejor para el equipo azulgrana es que salvo debacle Lamine ya estará el martes para la Champions.
Se cumplía cuarto de hora de partido cuando Koundé lanzó desde su campo un balón largo sobre Raphinha que buscaba el desmarque. No parecía que la acción fuera ir a mayores porque Mingueza lo tenía todo para despejar el pase. Pero el ex azulgrana midió mal, puede que el viento le jugara una mala pasada, el caso es que no acertó a dar al balón lo que aprovechó el brasileño para irse solito hacia Guaita, regatear a Mingueza cuando recuperó la posición y marcar. Para igualar, Koundé hizo lo mismo en el gol del Celta fallando estrepitosamente en su pase a Iñaki Peña.
Volvía Gavi al once inicial después de un año sin hacerlo. Y volvió como siempre. Sin dar un balón por perdido, luchándolo todo y no dando un segundo de respiro al rival. Su regreso, y eso que todavía no está en su mejor forma, es un lujo para el Barcelona y todo el fútbol español.
Se las tuvieron durante toda la primera parte Iago Aspas y Gerard Martín. Hubo dos acciones que provocaron la reacción del público en contra de Soto Grado. Primero fue un posible penalti del azulgrana al delantero vigués al filo de la media hora que no fue señalado. Y justo antes del descanso una entrada de Martín que no fue sancionada con tarjeta por parte del árbitro. Normal que se ‘incendiara’ Balaídos, Soto Grado se equivocó claramente.
Otro partido que Iñaki Peña no deja su puerta a cero.Y ya van cuatro seguidas. Pero la culpa no fue del portero, al contrario, si no es por el guardameta el Barcelona hubiera perdido el partido porque salvó a su equipo de tres ocasiones clarísimas para los vigueses: una volea de Ilaix Moriba y dos uno contra uno con Alfon y Hugo Álvarez.
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