Con demasiada frecuencia, en el imaginario colectivo, cuando las cosas no van bien, la solución está lista: para que las cosas vayan bien, imponemos una disciplina férrea. Sin embargo, ante una curva de resultados que sigue cayendo, la Sección Paloise ha optado por inspirarse en el titanio. A pesar de su ligereza, este material es capaz de soportar un peso importante. Y además, resiste la corrosión. Cuando estamos tomando agua por todos lados durante tres días de Top 14 y tantas derrotas, admitan que no es inútil.
Agobiados por un duro revés en Hameau ante el Racing 92 (23-33) y por un puesto 12 en la clasificación lejos de sus objetivos de verano, los Palois pasaron las vacaciones con la cabeza gacha. “Repetí varias veces el partido de Racing, no lo viví bien y no fui el único”, confiesa Romain Ruffenach. Así, antes de descubrir los fallos de su equipo, el equipo de Pau ahuyentó las pesimismos durante un curso de recuperación de tres días en Soustons.
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Rigor pero sonrisa
“Desde la primera reunión los entrenadores nos dijeron: ‘hemos cambiado de aire, de cancha, de instalaciones. Estamos todos juntos, así que queremos un buen entrenamiento pero también sonrisas’”, explica la prostituta. En las Landas había cuatro lemas: “Trabajo, rigor, precisión pero también placer”. Casi suena como un eslogan de campaña política. En un momento en el que la austeridad es esencial, si no quiere limitar sus intenciones, a la Sección Paloise le gustaría desperdiciar menos.
“A largo plazo, si controlamos mejor nuestro juego, dará sus frutos. Según lo que producimos, merecemos algo mejor, opina Geoffrey Lanne-Petit, entrenador del ataque de Pau. Pero nos falta ese 10-15% de rigor hasta el último gesto, para hacer realidad lo más destacado. […] Necesitamos más realismo y precisión, en relación con nuestro proyecto colectivo pero también con nuestra disciplina individual. Repetimos este mensaje durante la pasantía”.
Porque para hacer el bien, la Sección Paloise primero expía el mal. “Volvimos a ver imágenes que no eran necesariamente agradables. Ahora, lo hecho, hecho está, no podemos dar marcha atrás. Seguimos adelante, tenemos que seguir adelante. Todavía no hemos llegado a la mitad de la temporada, así que si reflexionamos sobre los partidos que perdemos cada vez, no será suficiente”, señala Romain Ruffenach.
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En Montpellier sin seguro
“Tuvimos tiempo de analizarlo detenidamente. […] Empezamos de nuevo con certezas, puntos fuertes. Porque realmente hicimos cosas buenas, de manera informal”, explica Clément Laporte, que también pide permanecer en el mismo eje y esforzarse un poco más. “No estamos aquí para tirarlo todo y cambiar. Pero tenemos que concentrarnos en ese deseo de hacerlo bien, de ir detrás de la línea cuando nos faltan tres metros para marcar”.
Frente al MHR, tan frágil (2 victorias, 2 derrotas) como hermético (3.ª mejor defensa en casa) en su estadio GGL, esta exhibición se pondrá a prueba. Sobre todo porque la Sección Paloise carece de brillantez fuera de casa (sólo 1 punto obtenido), incapaz de sacar a relucir la luz (2º peor ataque fuera de casa). Cuando la tormenta se disipó, tuvimos garantías más sólidas…
Sin seguro, Pau no quiere proyectarse demasiado lejos, aunque las dos próximas jornadas del Top 14 presenten como oponentes a sus dos predecesores en la clasificación. “No necesariamente determinarán qué jugaremos al final de la temporada. Pero debemos restablecer rápidamente el orden y sumar puntos. En los 26 partidos del campeonato lo que cuenta es eso, no el equipo que tenemos delante”, afirma Laporte.
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8 puntos del 5to lugar
Geoffrey Lanne-Petit plussoie: “Estas no son reuniones fundamentales. Estos clubes están atrapados con nosotros un tercio de la temporada, por lo que son muy importantes, pero como los demás”. Y el técnico de Pau calcula que hay “sólo” 8 puntos de diferencia entre Toulon, 5º y Pau, 12º. Si quiere salir de este lugar incómodo, a tiro de piedra de Vannes, con el farolillo rojo acechando a 4 unidades de distancia, la Sección Paloise sabe que tendrá que aprender a ganar. Y mucho, si quiere mantener vivo su sueño de estar entre las 8 mejores, para lo que necesitaría una decena de éxitos en las últimas diecisiete rondas del Top 14.
Hasta entonces, el pelotón bearnés, demasiado irregular y agitado desde septiembre, tendrá un buen juego de bielas que ofrecer en Hérault, donde el rugby frontal es el rey. “La MHR es muy densa, física. Y aspirará a la victoria a toda costa. Depende de nosotros estar a la altura del Top 14 en términos de compromiso”, proclama Geoffrey Lanne-Petit. Y el técnico verdiblanco pidió una ruptura en la continuidad: “Todo este ambiente debería hacernos querer conseguir resultados positivos. Porque si jugamos los mismos partidos, si no tenemos esa capacidad de ser más asesinos, nos quedaremos donde estamos.
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