Gran escritor, humanista e incansable defensor de la libertad frente al Islam político, nuestro amigo Boualem Sansal se encuentra hoy, desde su llegada a Argel, en las garras de una potencia violenta, antiliberal y cruel. Que Argelia, su tierra natal, llegue a amordazar una voz brillante como la suya es el signo trágico de la deriva de una parte del mundo musulmán hacia el fanatismo. Un autor cuya pluma, profunda y valiente, ha iluminado tantas conciencias no puede quedar en silencio sin que nos llame a cada uno de nosotros.
Boualem Sansal, más allá de su inmenso talento -toda su obra lo atestigua- es un hombre modesto, sencillo y altruista. Quienes tuvieron la suerte de cruzarse en su camino saben que se trata de una de esas raras mentes cuya sabiduría es igual a inteligencia, y cuyas convicciones se alimentan de un respeto inalterable por los demás. Coloca esta humanidad en el centro de sus escritos, que analizan sin concesiones los males de las sociedades atrapadas en la opresión y el oscurantismo. Su obra es un grito de resistencia, una oda a la libertad de pensar, de creer o no creer, un llamado a la dignidad humana en su sentido más universal.
Estas persecuciones son un cruel recordatorio de que los escritores son a menudo los primeros objetivos de los regímenes autoritarios.
Pero ahora un poder autoritario, enemigo acérrimo del pensamiento libremente expresado, ha decidido encerrarlo. Es venganza contra quien se atrevió a denunciar los abusos, a denunciar las opresiones, a contar lo que otros prefieren ocultar, por cobardía o por adhesión. El hombre que describió con tremenda agudeza las sociedades atrapadas bajo el yugo del Islam político es hoy él mismo una víctima de lo que ha estado luchando durante años: la represión ciega, el miedo establecido como sistema de gobierno, la esclavitud de los espíritus libres.
luchador por la libertad
La historia muestra que, como Argelia hoy, los regímenes autoritarios han tratado de silenciar a los intelectuales. A lo largo de los siglos, las dictaduras siempre han temido el poder de las palabras. Alexander Solzhenitsyn, al revelar los horrores del Gulag, tuvo que huir de la Unión Soviética; en cuanto a Federico García Lorca, pagó con su vida su negativa a someterse a la dictadura franquista. Boualem Sansal forma parte de este linaje de autores que, al luchar por la libertad, defienden mucho más que su obra: encarnan la voz fuerte de aquellos a quienes queremos silenciar, la aspiración irreductible de la humanidad a vivir libre.
¿Pero a qué costo? Estas persecuciones son un cruel recordatorio de que los escritores son a menudo los primeros objetivos de los regímenes autoritarios, porque exponen las verdades que quienes están en el poder buscan oscurecer. Al detener a Boualem Sansal, Argelia no sólo reprime a un hombre, sino todo lo que representa: el libre pensamiento, la resistencia inflexible, una luz en la oscuridad. Desde hace varios años, este país vive un giro antiliberal y hostil hacia Occidente, Francia y Europa deben golpear la mesa con los puños para frenar la intimidación de Argel y las maniobras de los que están en el poder.
El resto después de este anuncio.
Hay momentos en que el silencio es una traición.
Pero la detención de Boualem Sansal no concierne sólo a Argelia, sino al mundo entero. Nos recuerda que las libertades fundamentales nunca pueden darse por sentadas, que requieren una vigilancia constante y un combate implacable. Francia, el país donde Boualem Sansal encontró un segundo hogar, no puede permanecer como espectadora de esta injusticia. Ella debe apoyarlo, alzar la voz y utilizar toda la influencia que tenga para asegurar su liberación. De lo contrario, se condena a la indignidad, al abandono de sus principios, a la derrota moral ante aquello que este autor lucha, también por nosotros, con tanta fuerza y coraje: el islamismo.
Hay momentos en que el silencio es una traición. Apoyar a Boualem Sansal no es sólo defender a un escritor: es defender la libertad misma, esa frágil luz que los fanáticos se esfuerzan por apagar. Esto significa que el pensamiento, la cultura y la verdad no pueden ser aprisionados. Y es un recordatorio para quienes quieren silenciarlos de que, mientras existan voces como la de Boualem Sansal, su lucha será en vano.
Libre Boualem Sansal. Porque al encerrarlo, Argelia amordaza a un inocente y, con él, todos nuestros valores.
France
Related News :