Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional, de 96 años, está hospitalizado desde principios de noviembre para someterse a exámenes médicos exhaustivos. Aunque se especula mucho sobre su salud, su hija, Marine Le Pen, está trabajando para proteger la privacidad de su familia al tiempo que admite preocupaciones legítimas.
Hospitalización prolongada y condición frágil.
Desde hace casi dos semanas, Jean-Marie Le Pen está ingresado en un centro hospitalario para realizar análisis de rutina, aunque esta hospitalización se aceleró debido a signos de debilidad. Según personas cercanas al fundador de la FN, esta atención regular no es inusual dada su avanzada edad y sus problemas de salud crónicos.
Ya hospitalizado en abril de 2023 tras un infarto, Jean-Marie Le Pen también sufrió un ataque isquémico transitorio en 2022, que le provocó una pérdida temporal de la visión. Más recientemente, fuentes cercanas a la familia hablan de un “profundo deterioro físico y psicológico”, que le imposibilita participar en el proceso en curso contra los asistentes parlamentarios europeos del Frente Nacional.
Interrogada este miércoles por la mañana en RTL, Marine Le Pen confirmó la hospitalización de su padre, negándose a proporcionar información precisa sobre su estado. “Tenemos, porque lo amamos, preocupaciones por su salud”, declaró visiblemente conmovida. Cuando el periodista Thomas Sotto le preguntó si su padre estaba “al final de su vida”, Marine Le Pen consideró la pregunta “demasiado violenta” y subrayó que se trataba de una cuestión de privacidad familiar.
Rumores y especulaciones: la familia reacciona
La hospitalización de Jean-Marie Le Pen dio lugar a persistentes rumores sobre su salud, especialmente en las redes sociales. Algunas acusaciones, como la administración de la extremaunción o su deseo de abandonar el hospital para terminar sus días en casa, han sido negadas por sus familiares. “Estos rumores son escandalosos y equivalen a voyerismo”, denunció un periodista cercano al círculo familiar.
Los observadores señalan, sin embargo, que la salud del ex líder del FN sigue siendo frágil. Su estado, calificado de “preocupante pero estable” por varios medios, lo mantiene bajo constante vigilancia.
Al mismo tiempo, Marine Le Pen debe afrontar su propio juicio en el asunto de los asistentes parlamentarios del Frente Nacional. Mientras la justicia evalúa posibles puestos ficticios en el Parlamento Europeo, Jean-Marie Le Pen ha sido exonerado de cualquier obligación legal por su imposibilidad de defenderse o viajar.
Esta delicada situación subraya el fin de una era para el Frente Nacional, que se convirtió en Agrupación Nacional, al tiempo que plantea la cuestión del patrimonio político y familiar de un hombre que marcó la historia de la extrema derecha en Francia. Por el momento, Marine Le Pen parece centrada en gestionar los asuntos actuales, garantizando al mismo tiempo que se preserve la dignidad de su padre durante este período crítico.
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