El presidente ruso ha firmado un decreto que amplía el uso de armas nucleares, mientras Estados Unidos aumenta su ayuda militar a Ucrania.
Vladimir Putin vuelve a blandir la amenaza nuclear. El martes 19 de noviembre, el presidente ruso firmó un decreto que teóricamente permite un uso más amplio de armas nucleares.
El cambio de doctrina, anunciado en septiembre por Vladimir Putin, considera como “ataque conjunto” cualquier agresión por parte de un “Estado no nuclear, pero con la participación o el apoyo de un Estado nuclear”, en clara referencia a Ucrania y en Estados Unidos. Estados.
“Entre las condiciones que justifican el uso de armas nucleares está el lanzamiento de misiles balísticos contra Rusia”, indica este texto publicado en momentos en que Ucrania lleva a cabo sus primeros ataques en territorio ruso con misiles estadounidenses de largo alcance.
Otro caso que abre el camino al uso del arma suprema, “la provisión de territorio y recursos para la agresión contra Rusia”, detalla el texto firmado por Vladimir Putin.
Amenazas periódicas desde 2022
La publicación de este decreto se produce tras la decisión de Washington de autorizar a Kiev a utilizar misiles estadounidenses de largo alcance para atacar en profundidad a Rusia, mientras que el ejército ucraniano se había limitado hasta ahora a objetivos situados en la Ucrania ocupada (como Crimea) o en zonas fronterizas.
“Su doctrina y retórica nucleares revisadas no son más que un chantaje. Ya las han utilizado muchas veces cuando se tomaron decisiones fuertes”, denunció el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Andriy Sybiha.
De hecho, desde el inicio de la invasión, el presidente ruso ha blandido en varias ocasiones la amenaza nuclear, realizando ejercicios militares o desplegando armas “tácticas” en el territorio de su aliado bielorruso.
Para Jérôme Clech, asesor de defensa de BFMTV, se trata de “desvaríos que observamos cada vez que aumenta el apoyo a la ayuda estadounidense y que pretenden impresionar la opinión de las instituciones públicas occidentales”.
Las amenazas de Vladimir Putin no hacen más que subrayar la “debilidad de Rusia frente a las fuerzas convencionales (no nucleares, ndr) de la OTAN”, continúa nuestro especialista.
“Se trata de un ejercicio de señalización, destinado a asustar a la opinión pública en Europa -y, en menor medida, en Estados Unidos- para que dejen de apoyar a Ucrania”, abunda en el New York Times Matthew Bunn, profesor de Harvard y especialista nuclear.
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Su uso aún es poco probable
Los anuncios rusos fueron condenados por los países que apoyan a Ucrania, pero no causaron pánico. En Estados Unidos, el Consejo de Seguridad Nacional ha “observado cualquier cambio en la postura nuclear de Rusia” y cree que no hay motivo para que Washington “adapte su propia doctrina nuclear”, según un alto funcionario citado por la agencia AP.
“Es retórico, no nos dejemos intimidar”, afirmó también el ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, en Europe 1 y Cnews este miércoles por la mañana.
De hecho, la probabilidad de que Rusia recurra a las armas atómicas a corto o medio plazo no es ni mayor ni menor que antes, según varios especialistas.
“El umbral para el uso (de armas nucleares) sigue siendo relativamente alto en el contexto de la guerra en Ucrania. Las circunstancias que llevarían a Moscú a considerar realmente el uso de armas nucleares serían extremas y, a estas alturas, poco probables”, analiza El investigador del Ifri Dimitri Minic en su cuenta X.
Según este especialista de las fuerzas armadas rusas, tal escenario implicaría “que Ucrania esté a punto de apoderarse de territorios simbólicamente importantes, como Crimea, o que sus incursiones armadas en territorio ruso se vuelvan incontrolables para Moscú”. Además, Vladimir Putin tendría que considerar que “la determinación y la solidaridad occidentales” son demasiado frágiles para llevar a cabo represalias.
Sin embargo, tal como están las cosas, “la doctrina convencional y nuclear de Estados Unidos y la OTAN es capaz de disuadir a Rusia de utilizar la energía nuclear”, opina Vipin Narang, profesor del MIT, en el mismo artículo del New York Times.
Después del lanzamiento del misil estadounidense ATACMS la noche del lunes al martes, el portavoz del Kremlin anunció que Rusia reaccionaría “en consecuencia”, sin mencionar las armas nucleares.
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