Donald Trump nominó a Brendan Carr para encabezar la Comisión Federal de Comunicaciones, entregando a un crítico vociferante de las grandes tecnologías la tarea de regular la televisión, los servicios de Internet y la radio en Estados Unidos.
El presidente electo anunció la nominación el domingo por la noche y describió a Carr, que ya es el comisionado republicano de mayor rango en la FCC, como “un guerrero de la libertad de expresión” que “pondría fin al ataque regulatorio que ha estado paralizando a los creadores de empleo e innovadores de Estados Unidos”.
Si bien la FCC no regula directamente los grandes grupos tecnológicos, supervisa partes del sector como el acceso a banda ancha y la neutralidad de la red.
Carr sugirió anteriormente frenar las protecciones legales para los editores de Internet consagradas en la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, que protege a las plataformas en línea de la responsabilidad legal por el contenido publicado por los usuarios. También es autor de un capítulo del Proyecto 2025, el controvertido manifiesto del grupo de expertos conservador Heritage Foundation.
La semana pasada acusó a Meta, Alphabet, Apple y Microsoft de ser parte de un “cartel de censura” que ha “silenciado a los estadounidenses”.
La nominación de Carr podría ser un impulso para el multimillonario Elon Musk, cuyo negocio de satélites Starlink ha solicitado permiso para orbitar más cerca de la Tierra para competir mejor con los proveedores de banda ancha. Carr también ha apoyado la asignación de cientos de millones de dólares en subsidios estatales para ayudar a Musk a construir la red Starlink.
Trump ha prometido que la FCC, una agencia reguladora independiente, “volverá a estar bajo la autoridad presidencial, como lo exige la Constitución”, aunque los ejecutivos de los medios se preguntan si sería capaz de hacerlo en la práctica.
Los defensores de la libertad de prensa han advertido que la administración entrante de Trump podría generar un entorno más hostil para los medios, ya sea abiertamente mediante regulaciones o mediante amenazas y favores de la Casa Blanca.
Durante la campaña electoral, Trump amenazó repetidamente a canales de noticias de televisión como CBS, NBC y Fox con revocar las licencias de transmisión, y describió a la prensa estadounidense como “en realidad el enemigo del pueblo”.
Jessica Rosenworcel, actual presidenta de la FCC, se vio obligada durante la campaña electoral a declarar que “la Comisión no revoca licencias para estaciones de radiodifusión simplemente porque un candidato político no está de acuerdo con el contenido o la cobertura o no le gusta”. Señaló la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que protege la libertad de expresión y la libertad de prensa.
Carr dijo el domingo que “los medios de comunicación han tenido el privilegio de utilizar un recurso público escaso y valioso: nuestras ondas de radio. A su vez, están obligados por ley a operar en aras del interés público. Cuando se complete la transición, la FCC hará cumplir esta obligación de interés público”.
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