Grabada en los anales de la historia del Reino y en el corazón de todos los marroquíes, la Fiesta de la Independencia es una oportunidad para recordar el contexto histórico de este grandioso acontecimiento que marca el triunfo de la voluntad común del trono y del pueblo, comprometidos codo a codo en una batalla de largo plazo para liberar al país del yugo colonial y sentar las bases de un Marruecos independiente y con un futuro brillante. Momento culminante de esta lucha nacional por la independencia, la visita histórica realizada por el padre de la nación y héroe de la liberación, el difunto Mohammed V, a Tánger en abril de 1947, confirmó el apego de Marruecos, Rey y pueblo, a su libertad, territorio integridad e identidad.
Uno de los mayores logros del movimiento nacional fue el giro, a principios de la década de 1930, hacia el activismo político para revivir el sentimiento patriótico entre todas las capas de la sociedad marroquí, particularmente entre las filas de la juventud. El movimiento nacional también trabajó para dar a conocer la causa marroquí en la escena internacional, lo que desbarató a las autoridades coloniales, que respondieron con medidas represivas destinadas a cortar de raíz el proyecto de independencia construido en estrecha coordinación con el padre de la nación, el difunto SM Mohammed V que Dios descanse su alma.
A pesar del exilio impuesto por el colonizador al difunto Mohammed V y a la familia real, primero en Córcega y luego en Madagascar, el impulso de la lucha nacional no se debilitó sino que, por el contrario, dio lugar a un levantamiento general en todas las ciudades y pueblos de Marruecos.
Todo el territorio nacional ha vivido numerosas batallas heroicas y levantamientos populares que encarnaron la resistencia del pueblo marroquí contra la presencia extranjera y la dominación colonial. Cabe mencionar, a este respecto, las batallas de El-Hri, Anoual, Bougafer, Djebel Baddou, Sidi Bou Othmane, así como el levantamiento de las tribus de Aït Baâmrane, de las provincias del sur y otras epopeyas históricas que se vieron. La resistencia infligió duras derrotas a las fuerzas coloniales.
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La Revolución del Rey y del Pueblo, del 20 de agosto de 1953, representa otro momento de cohesión nacional y de lucha valiente del pueblo marroquí, unido detrás de su Soberano. Para las nuevas generaciones, es una oportunidad de medir el alcance de los sacrificios hechos por sus antepasados para que el país pudiera liberarse del yugo colonial y recuperar su independencia. A su regreso del exilio el 16 de noviembre de 1955, el difunto Mohammed V anunció el fin del protectorado francés y el comienzo de la era de la libertad y la independencia, calificándolo del fin de la “pequeña lucha” (Al Jihad al-asghar). a la “gran lucha” (Al Jihad al-akbar) y sellando así el triunfo de la Revolución del Rey y el Pueblo.
Punto de inflexión decisivo en la historia de Marruecos, la independencia representó una victoria rotunda que coronó la lucha feroz y multifacética de toda una nación contra la colonización impuesta desde el 30 de marzo de 1912. Comenzó entonces una nueva era, marcada por las reformas iniciadas por el difunto Mohammed V en todos los sectores vitales, con el objetivo de construir un Marruecos moderno y garantizar su integridad territorial.
Siguiendo el camino trazado por su padre, el difunto Hassan II lideró la batalla para completar la unidad territorial de Marruecos con la recuperación de Sidi Ifni el 30 de junio de 1969, seguida de la recuperación de las provincias del sur gracias a la Marcha Verde, el 30 de junio de 1969. 6. Noviembre de 1975. Al mismo tiempo, el difunto Hassan II se dedicó a construir el Estado de derecho y las instituciones y a la consolidación de la democracia. Hoy, bajo el reinado del Rey Mohammed VI, Marruecos vive una dinámica de modernización total, con las prioridades de defender la integridad territorial del Reino y lograr un desarrollo socioeconómico sostenible que garantice una vida digna para todos los ciudadanos y la humanidad. Promoción del elemento humano como eje de las políticas económicas y sociales.
La celebración del Día de la Independencia es una oportunidad para revisitar páginas gloriosas de la historia marroquí, salpicadas de actos heroicos y sacrificios en defensa de los valores sagrados de la Nación. Es también una oportunidad para aprender las lecciones necesarias de este acontecimiento histórico para arraigar el espíritu de ciudadanía entre las nuevas generaciones llamadas a emprender otra lucha, igualmente fundamental, para preservar los logros democráticos y consolidar la integridad territorial del país.
Par Le360 (con mapa)
18/11/2024 a las 11:30
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