EL MUNDO QUE SE MUEVE. Después de meses de desgana, el presidente estadounidense autoriza a Kiev a disparar misiles ATACMS contra Rusia.
Este es un cambio importante a nivel estratégico. Creemos que se está acabando el tiempo antes de la entrega. Después de decir que gastará “cada dólar a su disposición” para ayudar a Ucrania desde ahora hasta su partida, Joe Biden finalmente ha cedido.
Autorizar a Kiev a atacar territorio ruso con misiles estadounidenses de largo alcance era una petición de larga data de Volodymir Zelensky y ahora tiene luz verde.
Joe Biden se ha negado hasta ahora a acceder a esta petición por temor a una escalada del conflicto, pero según funcionarios estadounidenses, el despliegue de 10.000 soldados norcoreanos en la región de Kursk fue la gota que colmó el vaso. Esto es lo que habría motivado esta decisión.
Caroline Loyer: Ucrania autorizada a atacar a Rusia – 18/11
El objetivo es disuadir a Pyongyang de enviar más y al mismo tiempo permitir que Ucrania conserve este pedazo de territorio ruso. Y esto parece tácticamente sabio cuando sabemos que Donald Trump no está en contra de un acuerdo que permitiría a Vladimir Putin conservar las regiones ucranianas conquistadas.
¿Autorización demasiado tarde?
Pero, ¿puede esta luz verde de Biden ayudar a cambiar el curso de la guerra? A priori no, por dos motivos principales. En primer lugar, Ucrania sólo puede obtener un número limitado de misiles ATACMS y, sobre todo, esta luz verde llega tarde, si no demasiado tarde, debido a la dilación.
Stephen Biddle, profesor de la Universidad de Columbia, añade incluso otro elemento. Según él, “los rusos llevan mucho tiempo colocando sus activos más críticos fuera del alcance de ATACMS” porque esperaban que se levantara esta restricción.
Los misiles ATACMS pueden alcanzar objetivos a casi 300 kilómetros de distancia, pero cabe señalar que Kiev ha podido, en los últimos meses, penetrar más profundamente en territorio ruso utilizando drones de fabricación local.
Sin embargo, este levantamiento de las restricciones sigue siendo una fuerte señal enviada a Vladimir Putin: la de un aliado decidido.
“La respuesta será inevitable y destructiva”
La pregunta ahora es cómo reaccionará el presidente ruso.
Vladimir Putin ya ha advertido en varias ocasiones contra la concesión de ese permiso a Kiev. Para él, significaría que “los miembros de la OTAN están en guerra contra su país”. Una posición reafirmada la semana pasada por el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso:
“La respuesta al uso de sistemas occidentales de largo alcance en nuestro territorio será inevitable y destructiva”.
La amenaza verbal es seria, pero los expertos en defensa dicen que Moscú es actualmente demasiado débil militarmente para buscar un conflicto directo con la OTAN o Estados Unidos.
Polonia, aunque tiene frontera con Ucrania, no parece preocupada. Incluso acoge con satisfacción la medida: “El presidente Biden respondió con un lenguaje que Vladimir Putin entiende”, considera el jefe de la diplomacia polaca.
Entonces, ¿podría la luz verde dada por la administración Biden impulsar a otros aliados a hacer lo mismo antes de que Donald Trump asuma el cargo? En cualquier caso, en las últimas horas los líderes europeos han reiterado su apoyo a Ucrania. Ya sea Emmanuel Macron, Olaf Scholz o Ursula Von Der Leyen. El mensaje es el mismo: estamos unidos, no os defraudaremos.
El ajuste de filas que se produjo después de que la llamada telefónica de la Canciller alemana a Vladimir Putin el viernes causara perturbaciones. Volodymir Zelensky, furioso, le acusó entonces de haber abierto la “caja de Pandora”.
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