Este domingo por la noche, la selección francesa tuvo su último encuentro en la Liga de las Naciones. Ya clasificados para los cuartos de final, los Bleus se enfrentaron a un equipo también clasificado en Italia. Ganadora del primer encuentro entre los dos equipos en septiembre en el Parque de los Príncipes (1-3), la Squadra Azzurra tuvo que consolidar su primera plaza frente a los vengativos franceses. Estos últimos también se presentaron con un rombo 4-4-2 bastante singular, con Christopher Nkunku apoyando a un dúo de ataque compuesto por Randal Kolo Muani y Marcus Thuram. Para arrebatarle el primer puesto a sus anfitriones de la noche, los compañeros de Adrien Rabiot tuvieron que ganar por dos goles. Para empezar bien esta misión, el centrocampista del OM fue el primero en dar la voz de alarma. En un córner perfectamente aprovechado por Lucas Digne, Adrien Rabiot se encontró en el primer palo y engañó a Guglielmo Vicario, en la portería italiana en ausencia de Gianluigi Donnarumma, con un bonito cabezazo (0-1, 2º). Lanzados, los azules supieron ser más serenos en la construcción de sus acciones y mostraron cosas interesantes en el campo. Y a pesar de una buena doble parada de Mike Maignan contra Nicolo Barella (9º), los Blues se mostraron sólidos en general en San Siro a pesar de la restrictiva presión italiana. Para hacer realidad su buen primer tiempo, los franceses se tomaron el descanso con una magnífica inspiración de Lucas Digne. En un tiro libre desde 30 metros, el defensa izquierdo lanzó un misil que dio en el larguero y luego en la espalda de Vicario antes de entrar en la jaula transalpina (0-2, 33). Una ventaja de dos goles que duró poco: en la siguiente acción, Andrea Cambiaso redujo la distancia tras una gran acción italiana (1-2, 34). A pesar de este ligero contratiempo, el conjunto de Didier Deschamps entró en el vestuario con una merecida puntuación en el marcador.
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Al regresar del vestuario, Francia tenía en mente un doble objetivo. Al principio, Francia quería mantener su ventaja en el marcador. Al mismo tiempo, la perspectiva de arrebatar el primer puesto del grupo ante las narices de su rival de la noche era algo tentador para los Bleus. En este sentido, los franceses buscaron proyectarse aún más hacia el ataque. Discreto hasta ahora a pesar de una actuación decente, Christopher Nkunku encendió la primera mecha de la segunda parte, pero su intento fue demasiado presuntuoso (58º). Emocionantes, los hombres de blanco siguieron proyectándose y su terquedad dio sus frutos con otra jugada a balón parado. ¿Y por qué cambiar una combinación ganadora? Con una nueva oferta de Lucas Digne, Adrien Rabiot armó un cabezazo cruzado que se posó en la esquina contraria de Vicario (1-3, 66). Con este tercer gol a balón parado en el mismo partido, los hombres de Didier Deschamps igualaron su récord en la competición que se remonta a un encuentro en 1991 contra Albania. De nuevo en el primer puesto del grupo, Francia siguió haciendo gala de un control apreciable que no cedió a pesar del estado de ánimo conquistador de los italianos, deseosos de recuperar el primer puesto del grupo. Una ventaja en el marcador y un primer puesto en la clasificación que los franceses no dejaron escapar, como la milagrosa salvación de Mike Maignan al final del partido (90+4º). Con este gran éxito al otro lado de los Alpes, Francia hizo la jugada perfecta y, por tanto, será cabeza de serie en los cuartos de final de la Liga de las Naciones que se disputará el próximo mes de marzo. Así, los ‘bleus’ evitarán a Alemania, Portugal o incluso España en esta fase de la competición.
Pub. el 17/11/2024 22:42
– ACTUALIZAR 17/11/2024 22:46
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