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Francia – Nueva Zelanda. Técnica: Cómo se adaptaron los Blues a la sorprendente estrategia ofensiva de los All Blacks

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Si bien los Tricolores se habían preparado para un intenso bombardeo aéreo, fueron sorprendidos por la estrategia de Nueva Zelanda de retener el balón durante largas secuencias. Lo cual resultó finalmente contraproducente, dada la calidad de la defensa y la “caza” de las Flechas Azules…

Si las ruedas de prensa previas a los partidos suelen ser escenario de un concierto de ironía, hay que subrayar que Fabien Galthié no había sucumbido a esta práctica antes del Francia – Nueva Zelanda. Así, el técnico del XV de Francia pronunció un largo discurso (¡más de dos minutos!) sobre la lucha estratégica que iba a librar su equipo, con figuras de apoyo. “Habrá una treintena de partidos de puntapié, de los cuales una veintena de duelos directos ya que no hay escoltas. Así lo había pronosticado Galthié, justificando implícitamente la selección de Romain Buros en la zaga. Nos damos cuenta de que esta nueva regla amplía el espacio de juego, crea un nuevo espacio aéreo primero en los duelos pero luego en las bolas libres porque estos duelos en el aire provocan muchas bolas libres que son K bolas.-O. Contra los negros, que son muy buenos en estos duelos, esperamos una gran pelea”.

Entonces, ¿debemos pensar que los estadísticos del XV francés fracasaron por completo o, por el contrario, que este arrebato previo al partido del Sr. “Galette” animó a los All Blacks a cambiar urgentemente de estrategia? Preferiríamos optar por la segunda opción, de verdad… “Al final, sólo le dieron dieciséis patadas al balón, señaló Fabien Galthié, mientras consultaba las estadísticas en directo desde la rueda de prensa en su teléfono inteligente. Realmente usaron una estrategia diferente contra nosotros, porque no es para nada lo que hicieron en los partidos anteriores, o no lo vimos. Y nos sorprendimos”. Así, de los veinte duelos aéreos calculados por Galthié, el XV de Francia sólo tuvo que negociar dos (uno para Buros, el otro para Ramos), por lo que los kiwis llevaron el balón el doble que los azules (656 carreras frente a 311). ; 239 pases versus 91, 137 rucks versus 68).

Dupont – Bielle-Biarrey, cazadores franceses

Entonces podríamos haber temido que, estratégicamente sorprendidos, los azules aceptarían lógicamente la derrota. Excepto que… Ya sea que se hayan visto constreñidos o forzados en esto, fue reagrupándose en torno a sus viejos principios de desposesión – y modificando su juego de patadas durante el descanso, pasando de la ocupación a la presión – que los Tricolores esculpieron la base de su victoria. La defensa (a veces al límite del punto de quiebre) bien reorganizada después de que Antoine Dupont se reorientara en el descanso (pidiendo a sus compañeros circular más por los rucks) permitió a los Bleus absorber el impacto de un partido de alta intensidad, ayudados por un “kick and rush” aún más formidable porque, como los japoneses una semana antes, los All Blacks liberaron una energía loca durante sus largos períodos de posesión. Luego, lógicamente, se despojaron de la parte trasera del campo, donde los blues tuvieron mucho tiempo para lanzar sus contraataques relámpagos. Pensamos aquí, evidentemente, en el punto de inflexión del partido que fue el try de Louis Bielle-Biarrey (51º), tras una recuperación de Ramos y una inmediata utilización del espacio dejado libre por los neozelandeses (probablemente culpables del pecado de orgullo al negarse a utilizar el pie después de diez períodos de juego estériles). Pero también a muchos otros esfuerzos realizados por los “cazadores” franceses, aunque no siempre fueron retribuidos, como este rescate de Savea frente al dúo Bielle-Biarrey – Dupont (75º) arruinado por un error en el campo de Ollivon.

Lo cierto es que esta presión todo terreno fue una de las constantes de la actuación de los Bleus, como lo ilustra maravillosamente este penalti ejecutado en el fondo del campo por Ramos y que podría haber salido a balón parado, sin un enorme sprint de Antoine Dupont que obligó a Will Jordan a aplastarse con urgencia en su in-goal (16º). Sin el inmenso esfuerzo del capitán azul, este balón podría haber sido sinónimo de scrum en los 22 metros franceses. Como prueba del carácter y de la buena salud física de un XV francés que tuvo el mérito de aferrarse a su ADN en los últimos años, cuando se vio llevado al límite…

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