La pelea del viernes por la noche entre Jake Paul y Mike Tyson no cumplió con las expectativas en el ring, pero superó los récords de transmisión de Netflix al atraer a 60 millones de espectadores, anunció la compañía el sábado.
Netflix la calificó como una “noche récord” y dijo que la pelea alcanzó un máximo de 65 millones de transmisiones simultáneas. La transmisión no estuvo exenta de problemas ya que Netflix tuvo dificultades para mantenerse al día con la gran demanda y los espectadores se quejaron de problemas de congelación, almacenamiento en búfer y resolución. Netflix transmitió la pelea a sus cientos de millones de suscriptores sin cobrar tarifas adicionales.
Los espectadores notaron problemas temprano en la noche, que incluyeron otras tres peleas en la cartelera, e inundaron las cuentas de redes sociales de Netflix con comentarios sobre la transmisión con fallas. Hubo problemas con el auricular del ex boxeador Evander Holyfield y el micrófono del dueño de los Dallas Cowboys, Jerry Jones, que no funcionaba durante entrevistas separadas. (Las peleas se llevaron a cabo en el estadio AT&T, hogar de los Cowboys).
Netflix declinó hacer comentarios el viernes por la noche sobre los problemas técnicos.
A pesar del problema de la transmisión, casi 50 millones de espectadores también sintonizaron el evento coestelar entre Katie Taylor y Amanda Serrano. Taylor ganó su revancha en una decisión controvertida, incluso después de que le dedujeron un punto por darle un cabezazo a Serrano en el octavo asalto.
Paul, de 27 años, venció a Tyson, de 58, en una pelea mediocre que consistió en ocho asaltos de dos minutos. Tyson tuvo destellos momentáneos de su presencia durante su apogeo en los años 1980 y principios de los 90, pero sólo conectó 18 golpes. Paul pasó gran parte de la pelea bailando alrededor de Tyson y dijo después que no quería lastimar a Tyson.
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(Foto: Sarah Stier / Getty Images para Netflix © 2024)
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