Luis de la Fuente se acerca a su segundo aniversario al frente de la selección española. A lo largo de 25 partidos, logró guiar a La Roja a la cima del fútbol europeo, ganando dos títulos en dos años: la Liga de Naciones de la UEFA de 2023 y la próxima Eurocopa de 2024. Más allá de los elogios, el técnico merece elogios por inculcar una gran calidad. Filosofía inquebrantable sin importar qué jugadores integren su once inicial. El equipo opera como una máquina bien engrasada, con una fuerte dinámica de grupo fuera del campo, lo que garantiza que cada jugador se sienta valorado y listo para aprovechar su oportunidad cuando se presente.
Un ejemplo de ello fue la victoria contra Dinamarca en Copenhague, el rival más formidable del grupo, disputada en condiciones gélidas de invierno, que contrastaban con la atmósfera eléctrica creada por los aficionados apasionados en el estadio Parken. Del equipo que disputó la final de la Eurocopa en Berlín el 14 de julio sólo quedaron tres jugadores: Aymeric Laporte, Marc Cucurella y Dani Olmo. Sin embargo, el estilo de juego exhibido por La Roja desde el inicio fue sencillamente arrollador. Los primeros quince minutos en Copenhague mostraron una de las mejores versiones de la España madura de Luis de la Fuente, un equipo que inspira respeto por su estilo de juego y no simplemente por sus resultados, que también han sido impresionantes. De hecho, bajo la dirección del entrenador Riojano, España ha jugado 21 partidos competitivos, perdiendo solo una vez: una salida ante Escocia en marzo de 2023, ahora un recuerdo lejano.
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En Copenhague, el equipo tuvo que lidiar con la ausencia de jugadores clave. Afrontaba el partido más complicado de la fase de grupos de la Nations League sin Rodri, Balón de Oro, ni Lamine Yamal, Carvajal, Le Normand y Unai Simón, mientras que Morata y Fabián no estaban al 100% de forma física.
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Sin embargo, otros jugadores pudieron ponerse de pie. David Raya, que compartió un error con Fabián durante el encuentro, se consolidó como un portero fiable ante la ausencia de Unai Simón. En marzo, cuando Simón regrese, sin duda generará debate, a pesar de la gran confianza de Luis en sus habilidades. Vivian también consolidó su lugar en ausencia de Le Normand, otra apuesta exitosa del técnico, similar a la posición de lateral izquierdo, que será difícil de cubrir mientras Cucurella y Grimaldo jueguen a ese nivel.
También cabe mencionar al centrocampista. De la Fuente siempre ha insistido en que tiene el segundo mejor centrocampista del mundo y Zubimendi le está dando la razón en ausencia de Rodri. Merino y Fabián son otros dos que han crecido y luchan por puestos junto a Pedri en la central.
En ataque, la selección española demostró el viernes que tiene polivalencia. Pueden jugar con extremos puros o con jugadores de movimientos rápidos, como demostró en Copenhague, donde inicialmente dejaron fuera a Nico Williams. El técnico riojano es un acérrimo defensor de Dani Olmo, al que considera “el mejor número 10 del mundo”, y le ha confiado la tarea de orquestar el juego entre líneas. También reagrupó a sus efectivos: Oyarzabal, entre otros, que marcó el gol de la victoria en la final de la Eurocopa. En el pasado hizo debutar a Baena, y la inclusión de Ayoze también era una apuesta de cara a Alemania. Pocos pensaban en su convocatoria, pero el canario demuestra su calidad y se asegura un puesto en cada selección. El viernes volvió a encontrar el gol y el lunes volverá a jugar en su tierra natal.
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