A petición de los abogados de Pelicot, en las pantallas de la sala del tribunal se muestran dos fotografías de la primera visita de Charly A. La señora Pelicot parece estar profundamente dormida y el joven la penetra por detrás. Es la noche del 20 al 21 de enero de 2016.
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En ese momento, el acusado era “claramente inmaduro”, explicó por la mañana el doctor Mathieu Lacambre, experto psiquiatra que lo examinó, “con una dimensión autista y una timidez muy marcada”. Si ha venido, es sin duda para seguir el “guión normativo que transmite el porno en Internet”, ese porno que luego consume en altas dosis.
En el porno “está todo muy estandarizado, normalizado, la mujer es + el objeto a disfrutar +”, explica la experta, recordando que uno de cada dos niños ya ha visto porno cuando accede a la escuela secundaria y que entre el 20 y el 30% de los consumidores de porno son menores de edad.
“El primer medio mediador para la entrada en la sexualidad, a partir de ahora, es el porno”, insiste el médico, “bastante preocupado por los jóvenes adultos de hoy”.
“Pero si no somos responsables de nuestras fantasías, lo somos de nuestros actos”, añade el psiquiatra. Y Charly A. volvió cinco veces a Mazán.
Pelicot “fue insistente, emprendedor”, justificó el acusado el viernes por la mañana.
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“No sentí que lo estuviera sobornando”, replica el marido, insistiendo en decir que todos sus “invitados” sabían que su esposa estaría durmiendo “sin que ella lo supiera”.
En las pantallas de la sala se difunden ahora dos vídeos de la segunda visita de Charly A. a Mazán. 7 de diciembre de 2018.
“Ese día es el cumpleaños de mi esposa”, explica Dominique Pelicot, preguntado por un abogado.
“El acto, no la intención”
En el primer vídeo, Charly A. impone sexo oral a Gisèle Pelicot, totalmente inerte, mientras su marido le mantiene la boca abierta. En el segundo, emitido a petición del fiscal general, él la penetra por detrás mientras Dominique Pelicot a su vez le practica sexo oral.
“La señora Pelicot le tiende una mano a través de mí”, pregunta Stéphane Babonneau, uno de los dos abogados de las partes civiles: “¿puede tomar esta mano tendida y reconocer que ha violado a la señora Pelicot?”
“Reconozco el acto, no la intención”, responde el acusado: “No, no tengo intención de violar a la señora”.
Charly A. volverá una vez más en 2018, luego tres en 2020. El último, la noche del 9 al 10 de junio de 2020, serán tres hombres invitados por el señor Pelicot para abusar de su esposa dormida. Pero Charly A. no conoció a los otros dos.
En total, 50 personas respondieron a la oferta de Dominique Pelicot, calificado de “director” de este expediente extraordinario, símbolo de la violencia contra las mujeres y de la cuestión del sometimiento químico. 50 hombres reclutados en internet, la mayoría juzgados por violación agravada, por lo que se enfrentan a hasta 20 años de prisión.
Después del 10 de junio de 2020, Charly A. ya no responderá a las solicitudes del marido. “El detonante fue cuando me pidió que hiciera lo mismo con mi madre”, explica el acusado.
De hecho, ante la insistencia de Dominique Pelicot, quien le sugirió replicar en alguien de su entorno el proceso que utilizó con su esposa Gisèle, el joven mencionó a su madre. Pero sostiene que nunca llevó a cabo el acto, incluso si el principal acusado le había administrado ansiolíticos para hacerlo.
“Confirmo expresamente que nunca, jamás le di medicamentos a mi madre”. En cualquier caso, no está siendo juzgado por eso, sino por seis violaciones de Gisèle Pelicot.
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