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Selección Argentina: El oportunismo de Lautaro Martínez y un momento de Enzo Fernández

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Nicolás Otamendi (3,5): Tuvo dificultades para seguir el ritmo de los atacantes de su sector, ya sea Enciso o Sanabria. No estuvo fuerte en los duelos aéreos.

Nicolás Tagliafico (4): Avanzó con determinación pero le faltó claridad en el último tercio.

Rodrigo De Paul (4,5): No regateó con eficacia y su progresión del balón fue mayoritariamente predecible. Tuvo la oportunidad de empatar pero falló.

Enzo Fernández (5,5): Jugó limpio, dando pases incisivos y poniendo a Lautaro Martínez en posición para el gol de Argentina. Se volvió menos influyente en la segunda mitad.

Alexis Mac Allister (3,5): Se ha mantenido en gran medida en el anonimato. Tocó el balón muy pocas veces y no logró dar pases que hicieran avanzar el partido.

Lionel Messi (4,5): Corrió hacia atrás para ayudar a circular el balón en ataque. Su presencia exigió una mayor atención por parte de los rivales, pero no influyó significativamente en el último tercio.


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Lautaro Martínez (5,5): Marcó un gol con una carrera inteligente y un remate preciso. Con un servicio colectivo limitado, buscó posicionarse en ataque casi sin recibir el balón.

Julián Álvarez (3,5): Se quedó en la banda izquierda y no aportó de manera efectiva permaneciendo en esa zona.

Leonardo Balerdi (3,5): No supo dar seguridad. Luchó por mantener bajo control a su marcador cuando el equipo paraguayo contraatacó.

Alejandro Garnacho (4,5): Intentó numerosos regates por la izquierda pero tuvo poco éxito.

Leandro Paredes (-): Entró para mejorar el control del medio campo tras la tibia actuación de Fernández. Como los demás centrocampistas, falló el pase decisivo.

Gonzalo Montiel (-): Entró para darle amplitud al ataque pero no logró impactar.

Valentín Castellanos (-): Tuvo la oportunidad de igualar con un cabezazo en el tiempo de descuento pero no logró anotar.

Lionel Scaloni (4,5): La actitud de atacar y asumir responsabilidades volvió a ser la seña de identidad de la selección argentina. Sin embargo, les faltó creatividad, variación y capacidad de sorprender. La agresividad defensiva que les caracteriza también estuvo notablemente ausente. Se dejaron demasiadas ventajas, sobre todo a balón parado en su contra.

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