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La inmoralidad de los cargos electos y la laxitud judicial, las batallas políticas de Marine Le Pen… hasta que fue implicada

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Marine Le Pen, líder de los diputados de la Agrupación Nacional, ante el tribunal penal de París, el 13 de noviembre de 2024. CYRIL PECQUENARD/SIPA

El extracto fue ampliamente difundido la tarde del miércoles 13 de noviembre, después de la reacción indignada de Marine Le Pen ante las exigencias de la fiscalía en el proceso de los asistentes parlamentarios europeos del Frente Nacional (FN, convertido en Agrupación Nacional, RN, en 2018). Vemos al líder de extrema derecha, veinte años más joven, frente a Jean-François Copé, entonces portavoz del gobierno de Jean-Pierre Raffarin. El contexto: pocas semanas antes de las elecciones regionales de 2004, Alain Juppé, potencial candidato presidencial, acaba de ser condenado a diez años de inhabilitación (la pena se reducirá a un año en apelación) en el caso de los empleos ficticios de la ciudad de París. .

Marine Le Pen considera entonces que se presta muy poca atención a estos casos de malversación de fondos y deplora que el Sr. Juppé no abandone la vida política. “¡Los franceses no están cansados ​​de oír hablar de negocios, están cansados ​​de que haya negocios!, se molesta en el set del programa “Crucigramas”. Están cansados ​​de ver a los funcionarios electos malversando dinero, es un escándalo. (…) Respetar la democracia significa no robar dinero francés. » Siguiendo el viejo lema lepenista “Atención arriba, manos limpias”, Marine Le Pen era entonces una ardiente defensora de la moralización de la vida política francesa, lucha que continuó… hasta que ella misma fue amenazada por la ley.

Así, a principios de la década de 2010, cuando Nicolas Sarkozy y sus partidarios estaban rodeados de empresarios y los cargos electos socialistas locales eran condenados por malversación de fondos –un delito ahora imputado al tres veces candidato presidencial–, el secretario general del FN, Steeve Briois y su presidenta, Marine Le Pen, se apresuran a exigir “operación manos limpias” y dimisión inmediata – de la diputada socialista por Bocas del Ródano Sylvie Andrieux.

El viento esta girando

“El arma de la inelegibilidad debe utilizarse con mucho más rigor”escribió Marine Le Pen, en 2012, en su segundo y último libro, Para que viva francia (ed. Jacques Grancher), en un capítulo destinado a “restaurar la moral pública”. Dos años más tarde, tras la acusación de Thomas Thévenoud, el efímero Secretario de Estado de François Hollande acusado de no pagar sus impuestos, subraya Steeve Briois en un editorial publicado en el sitio web de FN: “La moral pública siempre ha sido una de nuestras principales batallas. La intransigencia en este ámbito es la condición sine qua non para renovar el vínculo de confianza que debe unir a un pueblo y a aquellos a quienes ha encomendado dirigir su destino. »

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