El partido de fútbol de la Liga de las Naciones entre Francia e Israel se disputó hoy jueves en París bajo amplias medidas de seguridad. Ante los gravísimos acontecimientos ocurridos en Ámsterdam, 4.000 policías y gendarmes se desplegaron entre el Stade de France y el centro de la capital antes del partido.
Sin embargo, durante el partido, que finalizó 0-0, no se registraron incidentes significativos. En el interior del estadio sólo se produjo un breve altercado en el que participaron un pequeño número de aficionados: aún no está claro qué lo provocó exactamente, pero los servicios de seguridad intervinieron inmediatamente para sofocarlo.
A la reunión asistió el jefe del Elíseo, Emmanuel Macron, acompañado de sus predecesores, François Hollande y Nicolas Sarkozy. En la tribuna presidencial también estuvieron presentes el Primer Ministro Michel Barnier, el Presidente de la Asamblea Nacional Yaël Braun-Pivet y el Embajador de Israel en París, Joshua Zarka.
Macron había expresado sus garantías al presidente israelí, Isaac Herzog, y al primer ministro, Benjamín Netanyahu, sobre la “movilización de Francia” para un “buen partido”. La cuestión de la seguridad se ha vuelto crucial en un contexto marcado en toda Europa por un aumento de los actos antisemitas tras el conflicto entre Israel y las milicias de Hamás y Hezbolá.
“No cederemos al antisemitismo y la violencia, ni siquiera en la República Francesa, nunca prevalecerá como la intimidación”, subrayó Macron en un canal de televisión antes del partido.
En vísperas del partido, tuvo lugar una manifestación pro Palestina, con la participación de varios centenares de personas, en una plaza a poco más de dos kilómetros del estadio.
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