Aimé Jacquet, que pasó a la posteridad tras la primera estrella de los Bleus, atravesó, sin embargo, períodos difíciles.
Antes de ascender a la cima del mundo con la selección de Francia el 12 de julio de 1998, Aimé Jacquet tuvo una larga y rica carrera en los banquillos de diferentes clubes. Pasó principalmente por Burdeos o
Montpellierel ex entrenador de los Bleus tuvo que afrontar situaciones delicadas.
Cuando estaba al frente de La Paillade, Aimé Jacquet colaboró con el emblemático Loulou Nicollin, histórico presidente del club Hérault. Y podemos decir que el fuerte carácter de este último supo encender chispas. Michel Der Zakarian contó cómo terminó la historia.
Aimé Jacquet, el brutal anuncio
Tras un revés en Lyon (1-3), Aimé Jacquet fue brutalmente agradecido por su entonces presidente. “Estaba al final de mi contrato en Nantes. El año pasado participé poco (21 partidos de liga), así que también quise irme, y no fueron muchos los clubes que se presentaron. Loulou era un personaje muy, muy grande, con un aura, una facilidad. Como jugador lo he conocido excesivo, en todos los sentidos, en el cariño, pero también en el enfado. Volcánico. Nos conmovió mucho. Era virulento, a veces hiriente. », explicó Der Zakarian en So Foot.
« Recuerdo una derrota en Lyon, su ciudad, por 3-1, en febrero del 90. Aimé Jacquet era el entrenador, había habido un gran esfuerzo de contratación, con Cantona y Paille, y estábamos últimos. El presidente entra al vestuario, le dice a Aimé: ‘Entonces, ¿qué hacemos? – No lo sé, presidente, estoy perdido. – Estás despedido.’ Así, delante de todos. Todos quedamos atónitos. Hubo un largo silencio… Aimé fue un muy buen entrenador, nos hizo trabajar bien. Había sido tres veces campeón de Francia con el Burdeos y lo estaban echando como a un malo…”.
Experiencias que forjaron visiblemente al técnico, que diez años después se convirtió en leyenda.
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