El Athletic suma un punto al final y gracias

Guruzeta llegó a tiempo de evitar la derrota en Zorrilla. El delantero del Athletic, al que se le dan bien este rival y este escenario, firmó el empate con un gol en postura acrobática cuando tan sólo faltaba un minuto para el pitido final. Los locales se habían adelantado en torno al minuto 79 con un tanto de Moro que dejó retratado a varios leones.

La apuesta conservadora a más no poder de Pezzolano a punto estuvo de salirle muy rentable al Valladolid. Los leones, con muchos e importantes cambios en su once titular, asumieron la iniciativa del juego, pero se toparon con un rival sólido a nivel defensivo y su propia impotencia. Los rojiblancos apenas generaron peligro ante un rival que se plantó desde el saque de centro con defensa de cinco, media de cuatro y un único delantero.

Todo ello frente a un Athletic que acusó, sobre todo, la baja de Iñaki Williams. Su hermano, pese a intentarlo en todo momento, no tuvo su noche. Nico Serrano, titular esta vez, tampoco. Ni Berenguer, ni Djaló. Casualidad o no, pero lo cierto es que el equipo agradeció sobremanera las incorporaciones de Galarreta y Guruzeta. A nivel ofensivo se crearon más ocasiones. La defensa, sin embargo, saltó por los aires en una jugada mal defendida y aprovechada por los albivioleta para adelantarse en el marcador.

Con once minutos por delante más el tiempo de añadido, los leones, entonces sí, se desmelenaron y pusieron cerco a una poblada defensa local. La insistencia rojiblanca acabó dando sus frutos. Guruzeta no faltó a su cita con el gol en Zorrilla.

Seis cambios

Pezzolano introdujo tres novedades en su once titular y varió de sistema de juego. El técnico uruguayo incrustó a Juma Bah en una defensa de cinco y dejó a Juric y Kike Pérez ejerciendo en la zona ancha del centro del campo con Moro y Anuar más abiertos a banda y Sylla como delantero único. El Valladolid intentó así hacerse fuerte, sobre todo a nivel de contención.

Valverde movió más su banquillo tras el compromiso europeo del pasado jueves en Bulgaria. El entrenador rojiblanco realizó media docena de cambios en su alineación. De Marcos, Yeray y Adama entraron en la zaga, Jauregizar en el centro del campo y Nico Serrano, con Iñaki Williams fuera de la lista por lesión, y Unai Gómez asomaron más arriba con Nico Williams pegado a la banda izquierda y Berenguer de ariete.

Los locales se sintieron cómodos con su claro 5-4-1. Desde su eficacia atrás consiguieron además desdoblarse en ataque y obligar a intervenir, con acierto, a Agirrezabala hasta en un par de ocasiones antes del minuto 12. Minuto en el que sonó una pitada generalizada de la afición local al grito de “Ronaldo vete ya”.

Los leones tuvieron acto seguido su mejor ocasión para abrir el marcador. Nico Williams, tras buena dejada de Berenguer, se plantó solo ante Hein, pero cruzó el balón en exceso. Una roja a Beñat Prados que el árbitro, tras acudir al VAR, dejó en amarilla y una jugada de Moro al filo del descanso fue lo más destacado de este insulso y peleado primer tiempo.

Valverde aprovechó el intermedio para mover banquillo. Galarreta y Vesga entraron así por los amonestados Jauregizar y Prados en el doble pivote y Djaló reemplazó a Unai Gómez para ejercer de delantero centro con Berenguer unos metros por detrás. El Athletic asumió la manija del encuentro ante un conjunto pucelano cada vez más replegado.

El decorado del encuentro apenas varió con el discurrir de los minutos, por lo que siguieron sucediéndose los cambios. Guruzeta entró así por un Berenguer que pidió el cambio. Iván Sánchez y Marcos André hicieron lo propio en el conjunto local. Djaló y Guruzeta tuvieron sus opciones para abrir el marcador, pero fue Moro quien aprovechó un error colectivo de la zaga bilbaína para abrir el marcador.

A los leones les quedaba poco más de diez minutos para reaccionar. Valverde forzó la situación introduciendo a Martón y, cuando todo apuntaba a derrota, Guruzeta aprovechó un balón templado por Galarreta para firmar el empate. Mal menor para un equipo rojiblanco que estuvo muy cerca de hincar la rodilla.