Como pocas veces se ha visto y con una cara totalmente distinta, el Girona se llevó el premio de Getafe. No fueron muchos los desplazados a tierras madrileñas. El rival, la situación del equipo y algún otro factor quizás no fue suficiente para llenar las gradas visitantes del Coliseum en una tarde marcada por el ejercicio de supervivencia que caracterizó a los de Míchel.
Fue, precisamente, el técnico vallecano quien reconoció al final del choque que su equipo no se mostró con su estilo de juego, con el nivel o las características a las que nos tiene acostumbrados. Aun así, fue un partido donde los gerundenses aprendieron algo que aún no se había producido durante el curso: a salir triunfadores de un partido en el que tocara remar constantemente.
Y es que así también se gana. Por momentos, el Girona pareció ir vestido de azul por la cantidad de situaciones en las que el rival centró e intentó llegar al área. Sin embargo, los ‘gironins’ supieron dar de su propia medicina al rivalalgo que han sufrido en numerosas veces. El equipo, por primera vez -y viendo que el control del partido se escapó en demasiadas ocasiones por las duras circunstancias que vive la plantilla-, supo aprovecharse de lo que venía sufriendo en varios fines de semana: la efectividad.
El Girona lanzó dos veces a portería, una en cada mitad del juego. La del segundo tiempo fue protagonizada por Selvien un disparo lejano, mientras que la primera fue suficiente para adjudicarse tres puntos que dejan a los catalanes a dos puntos de Europa, a pesar de las adversidades.
Fue la historia al revés en unos meses donde las adversidades siguen empeñadas en detener la ilusión del debut en Champions, pero el equipo decidió hacer piña y marcharse al parón en un ejercicio de coraje que dio tres puntos de oro para retomar buenas sensaciones.
Senegal
Related News :