Guruzeta estropeó la fiesta al Real Valladolid

Giro de vueltacon un gol en el tiempo de prolongación, estropeó la fiesta a un Real Valladolid que llevaba ventaja, tras el gol de Raúl Moro, pero que no supo conservarla, con una falta innecesaria en los compases finales que el conjunto vasco aprovechó bien.

Ernesto Valverde planteó muchos cambios en su once titular, pensando en la próxima cita de su equipo en competición europea, ante un Real Valladolid en el que también hubo novedades, respecto a anteriores jornadas, como el regreso de Juma al centro de la defensa.

Con ello, trató de reforzar la zaga, para cerrar líneas e impedir que la calidad individual de los jugadores visitantes y, sobre todo, la velocidad, pudiera sorprenderles y añadir más presión a la que ya tenían de salida.

Los vallisoletanos no salieron a guardar la ropa, sino que buscaron el área contraria desde el primer minuto, con el objetivo de tomar la iniciativa en el marcador y poder jugar con un poco más de tranquilidad.

Juma lo intentó con un remate de cabeza en el minuto 6, pero el portero de los leones desvió el balón a córner. Con eso el cuadro blanquivioleta dejó claro que no iba a dejarse comer el terreno, aunque no fuese el favorito.

De hecho, los vallisoletanos controlaron bien las escasas acometidas del conjunto vasco, y mostraron una buena seguridad defensiva, lo que les permitió adquirir más confianza a la hora de atacar.

Así, Lucas Rosa contó con una gran ocasión en el minuto 11, pero su disparo, tras un buen pase de Raúl Moro desde la otra banda, fue rechazado por Agirrezabala. Y ya sabe el Real Valladolid que, cuando perdona, la consecuencia suele ser grave.

Pero si hubo alguien que tuvo en sus botas la posibilidad de inaugurar el marcador del José Zorrilla, ese fue Nico Williams, que se plantó delante del portero, tras el pase de Berenguer, aprovechando la falta de contundencia de Javi Sánchez, pero disparó fuera.

La polémica surgió en el minuto 39, cuando Prados realizaba una dura entrada a Raúl Moro, a la que respondió el colegiado, de manera inmediata, con la roja directa, aunque reculó cuando vio la repetición, tras la intervención del VAR, y la dejó en amarilla.

Precisamente Moro, en una jugada individual, trató de romper el equilibrio con un gran disparo que, por muy poco, salió desviado, rozando el larguero de la meta visitante. No hubo tiempo para más, con lo que se llegó al descanso con el mismo resultado inicial.

Tras la reanudación, se mantuvo el mismo guión, si bien el Athletic entró con más intensidad y buscó mayor profundidad y verticalidad, aunque sin demasiado éxito, puesto que se topó con un rival bien asentado en el terreno de juego.

Mientras, los vallisoletanos, con tesón, paciencia y confianza, esperaban su oportunidad para sorprender a la defensa visitante. Y esta llegó, en el minuto 79, con un remate de Raúl Moro de cabeza, ante el que nada pudo hacer el meta del Athletic.

1-0 y la afición desatada y entregada al que, una vez más, demostró su olfato de gol y su mejor capacidad de definición. Pero aún quedaba mucho tiempo para un equipo que ya ha visto, demasiadas veces, cómo se iba todo al traste en los últimos instantes.

El cuadro blanquivioleta cerró el candado. No quería sorpresas. Eran tres puntos muy buenos y muy importantes. Y había miedo, mucho miedo. Eso llevó a David Torres a cometer una falta peligrosa que sacó Galarreta para que Guruzeta enganchara el balón con un potente disparo, que superó a Hein.

Por tanto, un punto para cada equipo, que resultaba muy escaso para un Real Valladolid que fue más contundente en defensa, que supo definir en una de sus llegadas al área contraria, pero que cometió un error de bulto con esa falta peligrosa, que le dejó sin la victoria.