Tras lo peor de la tormenta DANA en la provincia de Valencia, peligros invisibles acechan y se suman a los daños materiales mucho más evidentes, complicando las labores de limpieza.
Tras lo peor del temporal Dana en la provincia de Valencia, acechan peligros invisibles a simple vista que se suman a los daños materiales mucho más evidentes: los microorganismos que proliferan en las aguas estancadas, constituyendo un terreno fértil para patógenos que pueden poner en peligro la salud de la población.
La gastroenteritis es la más inminente y probable, que debería ser benigna en la mayoría de los casos, según nuestros compañeros de El País.
Un olor difícil de soportar
Entre las molestias invisibles, los olores pestilentes a carne y huevos podridos acompañan a la proliferación de mosquitos… Más de diez días después de las inundaciones que dejaron al menos 219 muertos, la mayoría de los numerosos municipios no han logrado evacuar el barro que los asfixia.
Es peligroso respirarlos. Muchos voluntarios que acudieron a ayudar se quejan de mareos y migrañas, lo que les obliga a llevar mascarilla, como durante la epidemia de Covid-19.
Tan preocupados estamos por la salud pública como por la salud mental. Sabemos que una catástrofe como la DANA genera también un gran impacto psicológico y trabajamos desde el primer momento por los recursos:
Desde el Gobierno estamos trabajando en la creación de unidades… pic.twitter.com/AUQ0bP1fYX
— Mónica García (@Monica_Garcia_G)
Aún más invisible y más insidiosa es la salud mental de los residentes que sobrevivieron a la tragedia: “Estamos tan preocupados por la salud pública como por la salud mental. Sabemos que un desastre como la DANA genera un gran impacto psicológico y estamos trabajando en ello desde los primeros momentos. Estamos trabajando en la creación de unidades psicosociales de emergencia y envió un equipo de psicólogos y psiquiatras de la UME para dar atención a los afectados y a los profesionales”, dijo Mónica García sur X, Ministra de Sanidad de España.
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