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“El año pasado, fotografiamos todos los insultos escritos en las mesas de las aulas y les hicimos carteles”, cuentan Honorine y Eloïse, otras dos embajadoras. El peso de las palabras, el impacto de las fotos. Evoca a este colegial al que ella y sus amigos tuvieron que retirar al patio de recreo, para doblegarse ante las burlas gratuitas. “Le sugerimos que fuera a hablar con el principal asesor educativo en su lugar y al final logró ir solo. » Los cuatro tienen algo en común: un uso muy mesurado y reflexivo de las redes sociales, caja de resonancia del acoso.
Estos embajadores están capacitados y todos los estudiantes de secundaria reciben diez horas de lecciones sobre el tema. En torno a ellos, también se capacitó una red de docentes, el CPE y la enfermera. Un dispositivo que está dando sus frutos.
Una sanción gradual
“Apenas nos reportan un caso, abrimos un expediente y lo distribuimos a los estudiantes para que vean. Si se demuestra el acoso, imponemos una sanción que se gradúa en función de los hechos”, informa el CPE, que destaca un punto poco discutido. “Una vez que los estudiantes acosadores se den cuenta de que han actuado mal, de que se están derrumbando, debemos devolver a estos niños a su postura de estudiantes. » “Hemos hecho de este tema una prioridad y el lema nacional ‘tu problema es mi problema’ está dando sus frutos, valora Julien Ferrant, el director. Los estudiantes víctimas generalmente logran hablar de ello con un amigo, un embajador o su familia nos llama. »
Con una prioridad: “que no perjudique la carrera académica ni la ambición”, insiste Thierry Claverie, que señala, como Julien Ferrant, la importancia de desarrollar el lenguaje y el habla para desarrollar la empatía.
Una referencia en Charente
Desde hace un año, Charente cuenta con su representante contra el acoso escolar. Hervé Njoo-Ekoulé, ex CPE, se dedica enteramente a ello. “Hemos ganado enormemente en capacidad de respuesta”, valora Thierry Claverie, quien añade que “el 30% de las situaciones denunciadas son casos de acoso comprobados”. “El 65% de ellos ocurren entre CM2 y 4mi y afecta tanto a las niñas como a los niños”, señala Hervé Njoo-Ekoulé y “el 75% se desarrolla “en el entorno escolar”. Contrariamente a la creencia popular, sólo “el 6% de los incidentes involucran ciberacoso”, incluso si las redes a menudo empeoran las cosas. Durante el último año escolar, se reportaron y manejaron 124 situaciones en el departamento.
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