Esto aportó un nuevo significado al término “corriente en chorro”.
Los viajeros parecen tratar cada vez más a los aviones como lavabos con alas. Esta vez, un vuelo de Ryanair se vio obligado a acelerar su aterrizaje después de que varios pasajeros tuvieran un comportamiento perturbador, incluido un demonio que orinó en la cabina.
“Esto ahora es un asunto de la policía local”, dijeron representantes de Ryanair a The Independent mientras relataban el disturbio, que ocurrió el lunes 4 de noviembre en el vuelo FR3152 desde Derby en el Reino Unido a Tenerife, la mayor de las Islas Canarias de España.
El vuelo de 4 horas y media se desvió después de que varios pasajeros comenzaron a causar un alboroto no especificado, y las fuentes le dijeron a Travel and Tour World que su alboroto culminó en un grave ep-pee-sode.
Temiendo por la seguridad y comodidad de quienes estaban a bordo, los miembros de la tripulación notificaron al control de tráfico aéreo que necesitarían acelerar su llegada y que necesitarían ayuda de las autoridades a su llegada.
En respuesta, las autoridades terrestres “priorizaron su enfoque acortando la ruta cuando fue posible” y gestionaron “el tráfico circundante para garantizar la coordinación con la policía”, según un puesto X del control de tráfico aéreo, informó Travel and Tour World.
A su llegada al aeropuerto de Tenerife, el avión fue recibido por la policía local y “los pasajeros fueron retirados”, informaron representantes de Ryanair.
Podrían estar sujetos a graves consecuencias legales, dado que quienes participan en conductas desordenadas a bordo a menudo están sujetos a multas, prohibiciones de viajar e incluso penas de cárcel.
Durante el verano, un pasajero fue multado con casi 400 dólares por orinar en un vaso durante un retraso en el desembarque después de aterrizar en el Aeropuerto Internacional Kingsford Smith de Australia.
A pesar de las elevadas sanciones, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha informado de un aumento de incidentes con pasajeros rebeldes, incluidos abusos, amenazas e incluso poner en peligro la seguridad del propio vuelo.
A principios de esta semana, un pasajero rebelde intentó abrir la puerta de emergencia en un vuelo de Brasil a Panamá, pero fue frustrado después de que los pasajeros lo golpearon hasta convertirlo en pulpa y lo inmovilizaron para las autoridades.
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