Cuando en el segundo minuto del tiempo añadido Jamal Musiala dejó paso a Thomas Müller, el nuevo “monstruo de cabeza” del Bayern recibió una gran ovación. El joven de 21 años consiguió en el partido contra el Benfica de Lisboa la tan necesaria segunda victoria del Múnich en la Liga de Campeones, que se vio ensombrecida por una muerte. El equipo de Múnich ocupa ahora el puesto 17 en la categoría reina, pero vuelve a tener mayores posibilidades de pasar directamente a los octavos de final.
Pero ni Musiala ni sus colegas vieron ningún motivo para mostrarse eufóricos. A partir del tercer minuto, el partido estuvo marcado por una emergencia médica porque un aficionado tuvo que ser reanimado varias veces. Esa misma noche el FC Bayern anunció “la triste noticia” de que el aficionado había muerto de camino al hospital. A raíz del incidente, la curva sur permaneció en silencio durante el encuentro lleno de empatía.
El capitán Manuel Neuer informó con preocupación que el equipo no celebró mucho la importante victoria en el vestuario: “Lo sentimos mucho”. Thomas Müller expresó su solidaridad y calificó de “bonita muestra de solidaridad que los aficionados dejen su fiesta en un segundo plano”.
El 1-0 (0-0) fue más que merecido dada la superioridad opresiva del Bayern, que alivió a Musiala. “Es un gol de cabeza, pero lo importante es que esté en la posición correcta, luego no importa cómo marque el gol”, dijo el entrenador Vincent Kompany sobre el tercer gol de cabeza de Musiala en cuatro partidos. “No sé qué pasa con mis cabezazos en este momento”, dijo el jugador nacional a DAZN, “pero en este momento siempre estoy bien delante de la portería y luego puedo cabecear esos balones desviados hacia la portería. “
Además, el Bayern mantiene su portería a cero por cuarta vez consecutiva. “No hay ningún secreto”, dijo Kompany. Desde el principio “tuvo fe” en que sus jugadores podrían implementar su estilo, pero enfatizó: “Siempre podemos hacerlo mejor. Necesitamos mucha confianza, mucha calma y un análisis constante”, no se cambiará nada fundamental. pero la “adaptación” siempre se produce.
Para estar entre los ocho primeros y, por tanto, directamente a los octavos de final, el Bayern probablemente tendría que ganar tres de los cuatro partidos restantes. El próximo rival en el difícil camino hacia la esperada “Final en casa 2.0” es el Paris Saint-Germain (26 de noviembre). Siguen los partidos contra el Shakhtar Donetsk en Gelsenkirchen, contra el Feyenoord Rotterdam y contra el Slovan Bratislava.
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