Casi cincuenta años después del lanzamiento de la Marcha Verde, este evento estratégico y simbólico continúa inspirando y educando a las generaciones marroquíes. Como explica Mohamed Bouden, analista político y experto en asuntos internacionales contemporáneos, “ La Marcha Verde no se limita a un momento histórico congelado. Representa un modelo de compromiso pacífico y solidaridad, liderado por el difunto rey Hassan II, quien movilizó a 350.000 marroquíes para reclamar pacíficamente su soberanía sobre las provincias del sur. »
Organizada en 1975, en un momento en que Marruecos tenía 18 millones de habitantes (frente a los más de 40 millones actuales), la Marcha Verde hizo historia al subrayar la importancia de un enfoque pacífico en la defensa de los derechos nacionales. Este estallido de patriotismo colectivo se ha convertido en un icono de la unidad marroquí. Como señala Bouden, “El pueblo marroquí, armado con coraje, la bandera nacional y el Corán, demostró su determinación sin armas, demostrando al mundo que la paz es posible, incluso en tiempos de incertidumbre. »
Modelo de resiliencia y solidaridad
Lo que logró la Marcha Verde va mucho más allá de un evento militar o político; es una demostración de sabiduría estratégica marroquí, capaz de responder a los desafíos con un profundo sentido de justicia y fe en la legitimidad territorial. ” ELLas imágenes de esta epopeya aún hoy circulan en las redes sociales, demostrando que el espíritu de la Marcha Verde sigue vivo en la memoria colectiva. », observó Bouden.
La Marcha Verde es también una lección de sacrificio y preparación meticulosa. Como recuerda Bouden, el difunto Hassan II cuidó cada detalle para garantizar el éxito de este acto simbólico, desde la logística hasta la movilización. Los voluntarios, procedentes de todas las regiones de Marruecos, fueron cuidadosamente elegidos y preparados para encarnar la determinación pacífica del Reino. Si bien la marcha pretendía ser pacífica, Marruecos había previsto medidas en caso de enfrentamiento, prueba de la resiliencia y de la seriedad de esta operación.
Hoy, Marruecos persigue esta visión pacífica y decidida bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI. “ La conmemoración de la Marcha Verde no debe ser un simple homenaje; debe impregnar las familias, las escuelas, las fiestas e incluso las artes, para garantizar que este espíritu inspire a las generaciones futuras”. dice Bouden. A medida que el Reino continúa acumulando éxitos diplomáticos, la unidad territorial sigue siendo el centro de su identidad nacional y su visión de desarrollo.
Victoria diplomática y estratégica
El impacto diplomático de la Marcha Verde va más allá del simple marco territorial: simboliza un compromiso inquebrantable con la paz y su alcance todavía resuena a escala internacional. Como señala Mohamed Bouden, la estrategia de Hassan II se basó en una lectura perspicaz de las realidades geopolíticas y jurídicas.
Con la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia, que reconoció los vínculos de lealtad entre las tribus saharauis y el Reino, Marruecos pudo reforzar su posicionamiento frente a los desafíos internacionales. “ Esta marcha fue una demostración del camino pacífico elegido por Marruecos para hacer valer su derecho histórico, a pesar de la ausencia de garantías de éxito”, explica Bouden.
Esta elección de paz ha conquistado a aliados estratégicos, entre ellos Francia, que recientemente reafirmó la legitimidad de la soberanía marroquí sobre el Sáhara, lo que demuestra el peso diplomático ganado por el Reino. Esta dimensión internacional sitúa a Marruecos en una posición clave, y Bouden señala que “ Marruecos se ha consolidado como un actor de estabilidad y paz en la región, un pilar que sustenta las relaciones constructivas con sus vecinos africanos y globales”.
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La Marcha Verde también representa la energía de un pueblo dispuesto a sacrificarse por su territorio. Este espíritu de solidaridad y determinación nacional sigue siendo, como subraya Bouden, una lección eterna. “ Aunque participaron 350.000 voluntarios, millones más estaban dispuestos a movilizarse, una cifra que demuestra el entusiasmo y el amor de los marroquíes por su patria. explica. Este entusiasmo popular por defender la soberanía ha marcado la historia, ilustrando que la unidad nacional de Marruecos no es un concepto, sino una realidad inscrita en la memoria colectiva.
Con esta celebración, Marruecos sigue afirmando su compromiso con el desarrollo de sus provincias del sur. “ Bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI, esta región se beneficia ahora de un vasto programa de proyectos infraestructurales y socioeconómicos. », concluye el analista político y experto en asuntos internacionales contemporáneos.
La integración de estas provincias en el dinamismo nacional se extiende también al continente africano, con iniciativas ambiciosas, como el proyecto del gasoducto que une Marruecos con Nigeria. La Marcha Verde, mucho más que un evento, sigue siendo una fuente de energía colectiva para Marruecos, un ejemplo de resiliencia y solidaridad que inspira a todos los marroquíes en los desafíos actuales y futuros.
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