El Athletic hizo muchas cosas bien ayer ante el Betis pero solo se pudo llevar un empate. Solamente le faltó el acierto ante la portería contraria, lo más importante en fútbol. El equipo de Valverde llevó completamente el peso del partido y dispuso de ocasiones inmejorables para sumar los tres puntos, pero su falta de puntería le condenó.
El conjunto verdiblanco, por el contrario, marcó un gol con dos llegadas, el que finalmente le sirvió para regresar a Sevilla con un botín insospechado tal y como se desarrolló el encuentro. El portero fue su mejor jugador.
La puesta en escena de los locales fue magnífica, a ritmo de rock and roll como en muchos partidos de la temporada pasada. Los bilbaínos pegaron hasta tres palos antes del descanso, pero no pudieron marcar. En la primera mitad solo hubo un equipo, el rojiblanco, creando peligro una y otra vez por la banda izquierda. Bellerín todavía estará acordándose de los hermanos williams y de Djalo.
Lo que sí hizo bien el conjunto de Pellegrini fue acertar en la ocasión que dispuso nada más comenzar el segundo periodo. Fornales llegó solo al punto de penalti y no perdonó con un disparo raso para batir a Julen Agirrezabala.
Alex Berenguercomo en tantas otras ocasiones, salvó los muebles para hacer el 1-1 y poner algo de justicia al partido. Solo un poco porque el Athletic se mereció claramente los tres puntos y sumar su cuarta victoria seguida en casa. Los leones hicieron méritos más que suficientes para ganar, pero el fútbol ayer no fue justo.
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