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uno de los cinco sospechosos arrestados

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Sala de Instrucción del Tribunal de Apelación de Orleans

La escena duró sólo unos minutos, el 6 de febrero de 2024. La tienda de telefonía SFR, situada en el centro comercial L’Heure calme de Tours, acababa de abrir cuando un equipo de cinco personas, cuatro hombres y una mujer, entró la tienda.

A punta de pistola, el único empleado presente se ve obligado a abrir el almacén donde se encuentran los teléfonos y las tabletas digitales. Los ladrones se quedaron con la mercancía por un valor total de 85.200 euros.

Los hallazgos, las muestras biológicas y el uso de vídeos de vigilancia permitieron identificar a los sospechosos, originarios de Tandarei, en Rumanía. El 31 de enero de 2024 llegaron desde Dover (Ain) a bordo de un vehículo matriculado en Reino Unido. Se emiten órdenes de detención europeas contra ellos.

Hechos admitidos por uno de los sospechosos

El 21 de marzo de 2024 Petru I. fue detenido. El hombre de 26 años admite haber hecho guardia frente a la tienda y luego haber ayudado a sus cómplices a apoderarse de los teléfonos. Precisa que su papel no implicaba “no violencia contra el empleado”.

Acusado de “robo en banda organizada con arma y participación en asociación delictuosa”, fue puesto en prisión preventiva el 22 de marzo de 2024. Durante la detención se produjo un único incidente en el que se descubrieron un teléfono y dos cables en un par de zapatos. .

El 10 de octubre de 2024 compareció ante la sala de instrucción del Tribunal de Apelación de Orleans (Loiret) tras recurrir un auto que desestimaba su solicitud de libertad. Petru I. dice ser director de una empresa de contabilidad en Rumania, donde vive con su esposa y sus cinco hijos. Su consejo, M.mi Cécile Bertault ofrece alojamiento a su familia rumana, que luego sería repatriada a Francia, en caso de control judicial.

Julien Le Gallo, abogado general, recuerda que no todos los sospechosos han sido detenidos y que se debe evitar cualquier consulta e injerencia. Añade que Petru tiene experiencia en robos y en la organización profesional de la delincuencia, que no tiene vínculos comprobados en Francia, lo que augura riesgo de fuga.

Finalmente, el sospechoso se disculpa por esto. “gran error”admite que tuvo “el cerebro confundido” al momento de los hechos. El tribunal confirma el auto desestimando su solicitud de libertad.

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