Periodista
2 de noviembre de 2024 (modificado a las 11:58) – MILÁN
El Milan aún no ha recorrido un cuarto del campeonato y, a pesar de las tres derrotas en los nueve partidos disputados hasta el momento, no es el momento de rendirse ni de quitar el pie del acelerador. En efecto, es necesario creer aún más en el trabajo realizado hasta ahora y añadir, si es posible, raza, corazón y compromiso. Ganar el primer partido fuera de San Siro y, sobre todo, ascender en la clasificación, una tarea nada imposible para un equipo que Paulo Fonseca considera en crecimiento. En los últimos días el técnico portugués ha reiterado estos conceptos al grupo en un par de ocasiones, en el vestuario cerrado. Espera una pronta reacción tras el puñetazo que recibió en Meazza contra el Napoli y ha trabajado su cabeza al menos tanto como sobre el terreno de juego. Porque si era fundamental explicar cómo poner en dificultades tácticamente al equipo de Nesta, era igualmente importante motivar a un equipo que, tras los éxitos ante el Udinese y el Brujas, esperaba despegar el martes. En cambio, una vez más se produjo una desaceleración en el momento más hermoso. O, si lo prefieres, el punto de inflexión. El ex entrenador del Lille reiteró que necesitamos recuperar fuerzas y empezar de nuevo de inmediato. Sin dejarse contagiar por la desconfianza ni perder la convicción en las propias capacidades. La temporada del Diablo es larga y pueden pasar muchas cosas. Simplemente créelo y arregla lo que está mal.
CONFIANZA
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En su carrera Fonseca suele ganarse todo pasando dificultades iniciales. Dejando de lado su experiencia en el Shakhtar Donetsk, donde heredó un equipo ganador y siguió… ganando, en Roma y Lille tuvo que lidiar con el escepticismo y con resultados que no fueron inmediatamente los esperados. Nunca se ha rendido y esta vez tampoco lo hará. Pero sobre todo seguirá con sus convicciones tácticas, convencido de que el grupo le sigue y está de su lado. Lo confirmó ante los líderes de la liga, cuando, en su opinión, entre el primer y el segundo gol de los azzurri, pero también en la segunda parte, el Milan puso a su rival en claras dificultades. La confirmación surge de los datos relativos a la posesión, los tiros a portería y la carrera, que ilustró en el vestuario. Esta noche en Monza se espera la misma actitud vista contra el equipo de Conte, eliminando quizás los errores defensivos que el diablo está pagando caro en términos de goles encajados (dieciséis entre la Serie A y la Liga de Campeones) y puntos perdidos al inicio de la temporada. En este sentido piensa y espera estar más adelantado y no lo oculta (“Hemos avanzado porque somos cortos, compactos y no concedemos mucho, pero a veces dejamos oportunidades que no deberíamos”, dijo dijo ayer en Milán TV), pero no se resigna a ver cómo estas amnesias se repiten a lo largo del año. Entendió que el proceso de transformación del fútbol que los rossoneri estaban acostumbrados a jugar con Pioli al que él tiene en mente requiere más paciencia de la esperada. Al mismo tiempo, sin embargo, es consciente de que el camino es el correcto: el trabajo que se realiza semanalmente en los campos de Milanello se lo dice. Este es… el indicador que se tiene en cuenta. Por eso ayer pidió a sus hombres que no se rindieran. “Contra el Nápoles perdimos un partido que deberíamos haber ganado – prosiguió – y no estamos satisfechos, pero somos conscientes de que hemos hecho lo que teníamos que hacer. Por eso el equipo tiene confianza y está motivado”.
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SIN MESAS
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Según Paulo, mirar las clasificaciones ahora es inútil y ni siquiera le interesa hacer tablas para recuperar el actual menos once del Napoli ni hablar de objetivos a largo plazo. En vísperas del partido contra los Azzurri, respondió a la pregunta sobre el objetivo del título de la única manera que podía, es decir, que todavía cree en ello, y reiteró el concepto después del nocaut (“Nunca he visto a nadie ganar un campeonato después de diez días “). Sin embargo, sólo piensa en Monza y esta noche alineará al mejor equipo según lo que ha visto durante los entrenamientos y las últimas carreras. Se centrará en el once que más garantías le dé desde el punto de vista físico y psicológico. Fiel a lo que reiteró con fuerza tras el parón de octubre, cuando reunió al grupo y anunció que no aceptaría menos del máximo en términos de carrera y compromiso de todos. Los individuos tenían que pasar a un segundo plano frente al equipo. Le satisficieron las respuestas que recibió ante Friulanos, Brujas y Nápoles, tras la derrota por 2-0 sufrida por los líderes de la liga, y por ello reiteró ayer que no hay que ceder ni un centímetro. Sabe muy bien que ganar los tres puntos fuera de San Siro por primera vez le ayudaría mucho, mientras tanto para acercarse a la zona de la Liga de Campeones, el objetivo mínimo del club, pero la prioridad ahora no es pensar en la posición a finales de mayo, pero tenemos que concentrarnos en lo que hay que hacer en el U-Power Stadium. Hoy, según Fonseca, nadie debería distraerse ni siquiera con el gran partido del martes en el Bernabéu. Imagínense los partidos posteriores o la clasificación. En este punto, Fonseca no permite excepciones y sus decisiones sólo se basarán en el partido contra el Monza, “un equipo fuerte, capaz de empatar contra el Inter. Será un partido difícil para nosotros, pero debemos hacerlo bien y estoy convencido”. “Podemos tener éxito porque estamos trabajando bien y juntos como equipo. Estamos progresando en muchas cosas. Por ejemplo, no perdemos el balón tan fácilmente como antes y el equipo entiende el momento del partido”. Pero ahora se corre la voz sobre el terreno de juego y para el Milan y su entrenador en Monza sólo hay un resultado posible.
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